LA CLAVE

El corazón de España

En lugar de jugar la carta de la cohesión de España, la derecha ha decidido jugar la del nacionalismo español

Pedro Sánchez y Quim Torra, reunidos en el Palau de la Generalitat, el pasado 6 de febrero.

Pedro Sánchez y Quim Torra, reunidos en el Palau de la Generalitat, el pasado 6 de febrero. / periodico

LUIS MAURI

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Antes leíamos novelas. Con el tiempo, algunos amigos, bastantes en realidad, han ido perdiendo el interés por la ficción y trasvasándolo al ensayo: historia, política, sociología, tecnología… Es un desamor urgente, tributario de la desasosegante sensación de que la revolución tecnológica y las transformaciones políticas, sociales y económicas nos sumergen en una vorágine endiablada que supera de largo nuestra capacidad de adquisición de conocimiento. Tan acuciante es esa desafección como desenfocada: en ocasiones, la ficción es un vehículo más adecuado que la realidad para explorar el mundo verdadero.  

Hay un mantra editorial que sostiene que los grandes cambios políticos o económicos no son un buen material novelable hasta muchos años después. ¿Cuántos años son muchos? <strong>Steinbeck </strong>publicó Las uvas de la ira, un fresco sangrante del éxodo campesino durante la Gran Depresión, diez años después del Crack del 29. Para entonces, el New Deal de Roosevelt había puesto ya a EEUU en el carril de la recuperación, pero el nuevo bache de 1937-1938 mantenía a buena parte de las clases populares bajo el azote de la necesidad.

Sátira en directo

El inglés <strong>Jonathan Coe</strong> escribe aún con mayor apego por la actualidad. En ¡Menudo reparto! (1994), ajusta cuentas con la revolución conservadora de Thatcher solo cuatro años después de la salida de la Dama de Hierro de Downing Street. En El círculo cerrado (2004), radiografía en tiempo real el nuevo laborismo de Blair (1997-2007).

En <em><strong>El corazón de Inglaterra</strong></em> (2018), Coe desnuda en riguroso directo las claves del brexit. El expremier laborista Gordon Brown tiene una frase en esta sátira: "En lugar de jugar la carta de la unidad de Gran Bretaña, los conservadores decidieron jugar la del nacionalismo inglés". A continuación llegarían el populismo, la fractura en dos del Reino Unido, la ruptura con Europa.

No hay nada nuevo bajo el sol. La misma sentencia de Brown le sienta como un guante al escandaloso rechazo de la derecha española a la pasarela de diálogo recién establecida en el conflicto catalán.  Novelas.