Opinión | Editorial

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L'Hospitalet extiende su gran transformación

Los grandes proyectos de la segunda ciudad de Catalunya dependen de la colaboración de todas las administraciones

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Objetivos ambiciosos  y grandes proyectos estratégicos marcan la línea política de la segunda ciudad de Catalunya, L’Hospitalet de Llobregat. La alcaldesa, Núria Marín, desgranó este jueves en su conferencia anual el estado de los proyectos en curso. Algunos de gran relevancia y ya consolidados, como el distrito económico alrededor de la Plaza Europa y la Fira, otros en pleno desarrollo, como el distrito cultural y, por último, el que tiene que ser el nuevo motor económico para la ciudad y para el área metropolitana: el clúster biomédico de Bellvitge. Tres ejes estratégicos que se desarrollan en paralelo a las mejoras de los barrios y el compromiso en la lucha contra el cambio climático y las desigualdades.

L’Hospitalet mira el futuro con ambición, también con la ilusión de conformarse como una ciudad unida, capaz de superar las divisiones físicas que la fracturan. El soterramiento de la Gran Via y de las vías del tren son las dos grandes asignaturas pendientes de la ciudad que, al fin, parecen a punto de superarse.

En el eje de la Gran Via se concentrará la actividad relacionada con la salud. El clúster biomédico ya cuenta con los hospitales de Bellvitge, Duran y Reynalds y Sant Joan de Déu, también centros de investigación y la Universidad de Barcelona. Con la paulatina incorporación de las empresas del sector se espera crear unos 20.000 puestos de trabajo y generar nuevos recursos. Por otro lado, el soterramiento de las vías del tren no solo permitirá crear una gran zona verde del tamaño de 17 campos de fútbol y eliminar una barrera que separa la ciudad, también supondrá una reordenación del tráfico ferroviario, lo que repercutirá en una mejora en el funcionamiento del conjunto de Rodalies en toda la región metropolitana. 

Ambos soterramientos, la Gran Via y la línea férrea, son proyectos de gran envergadura que solo son posibles encarar con el apoyo de todas las administraciones. La capacidad de sumar del ayuntamiento, la Diputación de Barcelona, la Generalitat y el Gobierno de España hace posible poner las luces largas y mirar con ambición el futuro. Sin duda, una lección política inmejorable.