ANÁLISIS

Una vela por Dembélé

Ousmane Dembéle, en la grada del Camp Nou, antes de presenciar el Barça-Levante.

Ousmane Dembéle, en la grada del Camp Nou, antes de presenciar el Barça-Levante. / periodico

Sònia Gelmà

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En el alambre. Así ha decidido vivir el Barça los últimos cuatro meses de campeonato, los decisivos. Tras la actuación de Ansu el domingo, si son ustedes creyentes, recen para que su cuerpo y su mente adolescentes sean capaces de aguantar la exigencia de este club.

Recen también para que Messi aguante jugándolo todo --Liga, Copa y Champions--, y aparezca, siempre. Y ya de paso, no olviden una oración por Griezmann, para que siga siendo generoso en el esfuerzo, pese a que haya días en que no le encuentren, en que sea espectador de la química de otros. Pero, sobre todo, no escatimen con Dembélé, recen todo lo que sepan y lo que no, enciéndale incluso una vela, porque es quien más lo necesita. 

Tras el extraño mercado invernal del Barça, Dembélé se ha convertido en lo único a lo que Setién puede aferrarse para no afrontar el tramo decisivo de la temporada en peores condiciones que su antecesor. Pero tras su eufórica declaración del viernes, convencido de que el francés se iba a salir, el técnico cántabro recibió este lunes un primer bofetón de realidad. El club dice que Dembélé se retiró del entrenamiento por fatiga muscular. Lo que sería tranquilizador, si no fuera porque eso mismo afirmaron de Messi en agosto, y luego resultó que él mismo admitió que había recaído.

Dembélé se ha convertido en lo único a lo que Setién puede aferrarse para no afrontar el tramo decisivo de la temporada en peores condiciones que su antecesor

Tres jugadores para tres posiciones

Mientras Dembélé no esté a punto, Setién cuenta con tres jugadores para tres posiciones, y uno de ellos es un joven de 17 años. El club azulgrana entró en el mercado de invierno sin aparentes necesidades, hasta que se lesionó Suárez. El club intentó fichar, sin éxito. Con cuatro delanteros sanos y dos lesionados, alguien debió pensar que por qué no poner algo más de emoción. Así que traspasaron a Carles Pérez para quedarse más en cuadro que nunca. Pareciera que el club ha aprovechado el cambio de técnico para pensar en sus números más que en el equipo.

Las plantillas cortas son una buena estrategia para aquellos clubs que quieren apostar por sus canteras. Se facilita que el ascensor funcione, pero siempre es bueno que haya un criterio. Por ejemplo, se deja espacio en esas posiciones en que se cree que hay jugadores con proyección en el filial. De esta manera, si el señalado es Riqui Puig, se deduce que lo que se debe aligerar es la nómina de centrocampistas.

Adelgazar la plantilla a 17 jugadores del primer equipo, cuando además dos de estos 17 viven entre algodones, parece una temeridad. Porque al lado de la vela por Dembélé, hay otra por Umtiti. Si a Piqué le coge algo más que un resfriado, comprobaremos cómo resiste su rodilla después de no querer operarse. Ante tanta vela, evidencia de una planificación deficiente, se podría decir que el director deportivo es un irresponsable, si lo hubiera.