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television kevin spacey en house of cards

television kevin spacey en house of cards / periodico

Mikel Lejarza

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Recientemente el portavoz del PNV en el Congreso, <strong>Aitor Esteban</strong>, obsequió a los diputados y periodistas que asistían a una sesión parlamentaria con un memorable discurso repleto de frases extraídas de guiones de películas. No solo fue divertido y diferente, sino que resultó acertado en fondo y forma. Vivimos tiempos en los que buena parte de la mejor literatura forma parte de los textos creados por quienes escriben para el cine y la televisión, y en ellos se pueden encontrar consejos y referencias para todo, dado que si algo aporta la narrativa audiovisual es la de ser el fiel reflejo de los tiempos que corren. Pero Esteban solo citó referencias provenientes del cine, y la televisión no le va a la zaga y también tiene sentencias aplicables para todos.

Por ejemplo, a Rosa Díez, récord mundial de elasticidad ideológica, se le podría recordar la frase de Emilio en 'Aquí no hay quien viva' proclamando "¡Qué mala es la envidia!", y la de Walter White en 'Breaking bad' cuando dijo solemne: "Todo lo que he hecho, lo he hecho por mí". Al Partido Popular, que tras años de Gobierno le espera una temporada en la oposición, podríamos recordarle la ya mítica previsión de los Stark en 'Juego de tronos': "Winter is coming". Al demagogo y falso Otegui podría aplicársele el deseo de Bart Simpsom cuando decía "Multiplícate por cero".

Al presidente Sánchez, capaz de mantener una cosa y la contraria en breves espacios temporales, le mencionaríamos el eslogan del doctor House cuando explicaba que "todo el mundo miente". A los de Vox, reyes de las noticias falsas que a base de repetirse adquieren apariencia de certezas, les citaríamos la frase que definió aquella gran serie que fue 'Expediente X': "La verdad está ahí fuera". A Pablo Iglesias, tan amante él de la buena ficción, le aplicaríamos el dicho del Chapulín Colorado "No contaban con mi astucia". A Ciudadanos solo cabría traerles a colación al simpático Benito de 'Manos a la obra' cuando proclamaba quejoso: "Estoy fatal de lo mío" A los corruptos de todo tipo les uniríamos al legendario <strong>Tony Soprano</strong> cuando los guionistas le escribieron el demoledor texto que decía "Dirijo un negocio, no un puto concurso de popularidad". A quienes quieren irse les citaríamos al extraordinario Sargento Esterhaus de 'Canción triste de Hill Street', cuando al comienzo de cada episodio aconsejaba a los protagonistas: "Tengan cuidado ahí fuera". Y a todos  les recordaríamos que, como decía Jimmy McNulty en la insuperable 'The Wire', "Si juegas en la tierra, te ensucias" y que "Pueden masticarte, pero tendrán que escupirte".

Pero a todos ellos, desde hace tiempo, la audiencia televisiva les está lanzando un mensaje inequívoco de desapego de la sociedad respecto a la política y sus profesionales. Hubo un tiempo en que las entrevistas a los líderes de las diferentes formaciones eran sinónimo de elevada audiencia. Ya no, salvo honrosas excepciones. Solo los debates evento concitan la atención de una ciudadanía que se ha cansado de conflictos estériles que cada vez se asemejan más a las tertulias del corazón, con las mismas dosis de pugnas forzadas y teatrales, pero con apariencia de seriedad por el mero hecho de hablar de política. Pero esta lleva tiempo elevando las voces, en vez de los argumentos.  De ahí que cada vez aburra más.