análisis

Opacidad al otro lado del Canal

La opacidad se está instalando en la política británica y Boris Johnson no está haciendo ningún honor a su oficio de periodista ni a su condición de miembro del Parlamento

el primer ministro britanico boris johnson

el primer ministro britanico boris johnson / periodico

Rosa Massagué

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El Canal de la Mancha ya no es una manga de mar que acerca. Vuelve a ser una línea divisoria entre las islas británicas y el continente avistado en la lejanía desde la inmensa pared de los blancos acantilados de Dover. El futuro dirá cuales serán las consecuencias del divorcio cuyos términos se pactarán en los próximos meses entre Bruselas y Londres.

Lo que sí puede decirse es que la opacidad se está instalando en la política británica. Boris Johnson no está haciendo ningún honor a su oficio de periodista ni a su condición de miembro del Parlamento. La victoria conservadora por una aplastante mayoría de 80 diputados en las elecciones del 12 de diciembre del pasado año ha enviado al garete la muy meritoria labor realizada por el anterior presidente de la Cámara de los Comunes, John Bercow, de reequilibrar la balanza del poder a favor del Legislativo erosionado por la prepotencia del Ejecutivo.

Como ya hicieron en su día la conservadora Margaret Thatcher o el laborista Tony BlairJohnson quiere orillar el Parlamento. Más allá de buscar un acuerdo comercial sin tarifas, nada se sabe de cuáles son los objetivos concretos a los que el primer ministro aspira. La Cámara de los Comunes no podrá ni siquiera  respaldar el acuerdo alcanzado. El primer ministro ya se ha cuidado de limitar el control parlamentario.

Que Johnson prefiere la opacidad en cuestiones que pueden afectar a los 'tories' ya se vio en noviembre pasado, antes de las elecciones, cuando bloqueó la publicación del informe del Comité de Inteligencia y Seguridad (ISC) sobre la injerencia de Moscú para influir en el referéndum del 'brexit' (2016) y en las elecciones generales del año siguiente, una injerencia que se habría realizado mediante donaciones, contactos políticos y manipulación de los medios. Dicha injerencia había sido denunciada precisamente por el Parlamento. Es una  información que puede resultar dañina para el Gobierno y para un primer ministro que ha promovido el 'brexit' mediante el engaño. Ganadas las elecciones, Johnson se avino a publicar el informe sabiendo que esto no ocurriría hasta dentro de unos cuantos meses ya que se debe elegir un nuevo comité y tratándose de inteligencia y seguridad, el proceso es muy laborioso.

Debacle electoral

El primer ministro tendrá vía libre para moverse en un mundo opaco gracias también al repliegue del Partido Laborista inmerso en un dura batalla por la secretaria general tras la ominosa debacle electoral de diciembre pasado, fruto de uno de los peores, si no el peor, liderazgo de la larga historia del laborismo británico.

La ausencia de debate parlamentario no es garantía de éxito. La primera decisión geopolítica de Johnson, la luz verde a la empresa tecnológica china Huawei para el desarrollo de las redes de 5G, en disonancia con EEUU que consideran que la colaboración con esta empresa plantea riesgos de seguridad por su excesiva proximidad a las autoridades chinas, ya ha generado controversia. Las críticas no se han hecho esperar y han sido en el Parlamento, el mismo que quería silenciar, pronunciadas en su mayoría por diputados de su propio partido.