Sanidad pública

Consultorio Netflix

El médico ¿le mira cuando le habla, o más bien teclea desaforadamente? ¿Se siente usted tratado como una persona, o se ve convertido en una fuente generadora de datos para un sistema potentísimo?

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Sílvia Cóppulo

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¿La cabeza entera o solo la coronilla asoma tras la pantalla? El médico, enfundado en la bata blanca, ¿le mira cuando le habla, o más bien teclea desaforadamente? ¿Se siente usted tratado como una persona, o se ve convertido en una fuente generadora de datos para un sistema potentísimo?

¡Lo que usted daría por que el médico se levantara de la silla, ¿verdad?, le estrechara la mano y le mirara a los ojos, con una escucha activa y una sonrisa amable! Pues, déjeme decirle que algunos lo consiguen a partir de una profesionalidad excelente, una vocación mantenida y un esfuerzo renovado para cada paciente, porque hay que atender a 50 en una mañana, diez minutos de promedio, se trate de diagnosticar un simple resfriado o de comunicar que la imagen de la 'eco' corresponde a un tumor. Pero, sobre todo, porque el médico debe subyugarse a la perversión de los objetivos. La situación de salud del paciente es el medio, el alimento de un sistema ávido de información que explotar y analizar, lo cual es positivo, pero que no debería ser lo prioritario. Hay más: al médico le va el sueldo, vaya, los incentivos, que forman parte del salario, en el tecleado. ¡Menuda presión! En función de variables tales como los medicamentos que prescriba (y el gasto que generen), la nómina le sonreirá levemente.  

A ello hay que añadirle que, mayoritariamente, ni médicos de familia ni especialistas han tenido formación alguna en comunicación. Parten de sus habilidades o debilidades innatas para manejarse como pueden. Como docente en varios programas de posgrado, compruebo cómo los facultativos piden herramientas para desarrollar las habilidades de una comunicación afectiva y efectiva con los pacientes.

La Conselleria de Salut ha prometido 40 millones de euros en una nueva <strong>tecnología</strong>, estilo Netflix, que no obligue a ir abriendo y cerrando ventanas en el ordenador cuando se está 'atendiendo' a los enfermos. Veremos resultados muy rápidamente, dicen. ¡En dos años! Ojalá que, en ese momento, la criatura no vislumbre ya su propia obsolescencia.