El espíritu del 1-O

Como si les fuera la vida en ello

El 'procés', siguiendo un camino muy parecido al 'brexit', se alimentó del resquemor. Supo remover la emotividad y épica patriótica inflamar el sentimiento de agravio

Josep Lluis Trapero saliendo de la Audiencia Nacional

Josep Lluis Trapero saliendo de la Audiencia Nacional / periodico

Emma Riverola

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Así describió Josep Lluís Trapero el ánimo con el que los ciudadanos defendían las urnas el 1-O. Más allá de las lides del juicio a la cúpula de los Mossos, el retrato emocional de su exjefe invita a la reflexión. El referéndum ni siquiera aparecía en el programa electoral vencedor de apenas dos años antes, ¿qué ocurrió para que fuera defendido por tantos “como si les fuera la vida en ello”? En aquellas cajas de plástico ‘made in China’, hubo quien quiso ver la llave para la independencia de Catalunya. Pero la gran mayoría volcó en ella su indignación hacia el Gobierno de Rajoy.

Una indignación tan extendida como heterogénea que no se puede comprender sin la Gran Recesión. Las víctimas más laceradas por la crisis, las más vulnerables, no fueron en masa a la votación, pero sí la amplia clase media que había visto cómo el presente se resquebrajaba y el futuro de sus hijos se poblaba de incertidumbres. Aunque sabían que la crisis se extendía mucho más allá de nuestras fronteras, veían en España, más que nunca, un lastre para la moderna y dinámica Catalunya. El ‘procés’, siguiendo un camino muy parecido a otros fenómenos como el 'brexit', se alimentó del resquemor. Supo remover la emotividad y épica patriótica (apenas tres años antes se habían celebrado los fastos conmemorativos de 1714) e inflamar el sentimiento de agravio. La solidaridad entre territorios pasó a ser un robo y todo lo español se tiñó de zafiedad. En la Catalunya que exhibía orgullosa el ‘Welcome refugees’ no había necesidad de despreciar al extranjero, el ‘otro’ era el no independentista. 

Cientos de miles de personas defendieron unas urnas que la razón convertía en inútiles. Frente a las sombras de la crisis, el sueño de la independencia ofrecía aires de grandeza. Según el CEO, el 61% de los catalanes (40,7% de ERC, 25,8% de JxCat y 56,2% de la CUP) cree que el Govern actual no sabe solucionar los problemas de los ciudadanos. Con la Gran Recesión llegó el Gran Sueño y, ahora, el Gran Desconcierto. Quedan muchas emociones por gestionar.