análisis

Días de (mal ) fútbol

Quique Setién observa desde la banda el Ibiza-Barça de la Copa del Rey.

Quique Setién observa desde la banda el Ibiza-Barça de la Copa del Rey. / periodico

Iosu de la Torre

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Si tú me pides un minuto, yo te doy mi reloj. El recuerdo de la frase generosa de Serafín (Fernando Tejero) en 'Días de fútbol' rescató ayer al espectador de un partido espantoso, el que puso a prueba la paciencia del culé viendo al nuevo Barça de Quique Setién –tan poco vibrante como el viejo, el de Ernesto Valverde–, esta vez sin Messi, sometido durante demasiados minutos a un rival de Segunda B, el entusiasta Ibiza que acarició un 3-0 antes del descanso.

Los azulgranas volaron a la isla al mediodía, horas antes de un partido de ideas espesas, tanto que en muchos minutos parecían el comando de 'Días de fútbol' en un miércoles de resacón, abierto hasta el amanecer. Las dos cerezas del Pachá (las que tanto indignaron al presidente del Ibiza cuando TV-3 las usó, el día del sorteo, como logo del club ), eran más apropiadas como escudo de los azulgranas.

Infundios, pura chanza, mala leche propia del desencanto de ver una eliminatoria espantosa, en falso directo si tenías encendida la radio. En invierno, las discotecas en Eivissa solo se abren los sábados. Que hablamos del Barça, gente seria, profesional, que lo dan todo por justificar porqué se les adora tanto. Incluso sobre cesped artificial.

El día de la presentación como entrenador, Setién dijo que entrenar al Barça de Messi era un sueño. Y se pellizcaba. Anoche, los jugadores del  Ibiza también parecían estar alcanzando el suyo, eliminar al líder de LaLiga. El 1-0 y los dos uuuys en la puerta de Neto les encaminó hacia el abismo  con el primer gol de Griezmann, el del empate, logrado tras 527 pases desde el inicio del partido. Interminable. Le llaman posesión a semejante tostón.

«Para ser buen peatón, mira antes de cruzar», le aconsejaría el 'fumeta' Serafín, el de la película de Tejero, a Setién antes de que renunciase a las terneras. Hará bien en fijarse en los semáforos del Camp Nou si no quiere acabar como en un personaje de tragicomedia. 

Días de (mal) fútbol.