El funcionamiento del Estado autonómico

La Conferencia de Presidentes en perspectiva

El nuevo Gobierno dinamizará el foro que sirve para mejorar la cooperación interterritorial

Ilustración de Leonard Beard

Ilustración de Leonard Beard / periodico

Xavier Arbós

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El programa de Gobierno PSOE-UP se propone mejorar la cooperación interterritorial, y, entre otras cosas, se propone dinamizar la Conferencia de Presidentes. Se trata de una institución poco conocida, pero que puede representar un instrumento muy útil para mejorar el funcionamiento del Estado de las autonomías. Es el instrumento idóneo para combinar esfuerzos por el bien de los intereses generales. Merece, por ello, un poco de atención.

La Conferencia de Presidentes incluye al presidente del Gobierno de España, que la convoca, y a los de las comunidades autónomas, además de los de las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla. Su objetivo es la cooperación entre los diversos niveles de gobierno. Una cooperación que sería imposible sin contar con la actividad regular de diversas conferencias sectoriales a las que asisten consejeros autonómicos, bajo la presidencia del ministro responsable del área propia de la conferencia sectorial de que se trate. La Conferencia de Presidentes, por la importancia de quienes la forman, tiene una trascendencia mediática indiscutible, y eso favorece la visibilidad del Estado autonómico en su conjunto.

Cooperación multilateral

Desde el 2004 se han celebrado seis Conferencias de Presidentes, la última en el 2017. Los temas tratados han sido importantes: desde financiación sanitaria hasta la innovación y el desarrollo tecnológico, la violencia de género, la estabilidad fiscal y las políticas de empleo. Es importante destacar que en estas materias se solapan competencias estatales y autonómicas, pero parece que la manera más razonable de abordar estos problemas es mediante la cooperación multilateral que la Conferencia de Presidentes ejemplifica. Aunque lo que tenemos hoy en primer plano son conflictos territoriales, y de entre ellos el más intenso el catalán, la colaboración intergubernamental lleva mucho tiempo funcionando de manera informal. No la ha inventado el Derecho, sino que le ha dado una forma organizada. Nada se preveía en la Constitución. El reglamento de la Conferencia de Presidentes es de 2009, y esta aparece en la legislación en el artículo 146 de la Ley 49/2015, de Régimen Jurídico del Sector Público.

La Conferencia de Presidentes, enraizada en la práctica de la cooperación intergubernamental, ofrece un símbolo al Estado de las autonomías y una oportunidad a sus integrantes autonómicos: la de hacer política buscando alianzas en función de sus intereses legítimos y propios. De ahí que me parezca un error la ausencia deliberada, justificada en nombre del derecho a relaciones exclusivamente bilaterales. Mientras que otras comunidades autónomas tejen alianzas tácticas, y variables, en función de intereses comunes, la que se ausenta no cuenta más que con su propia capacidad de influencia. Y al exhibir su distancia de las otras hace que estas no la consideren un socio deseable.

En la cultura política catalana actual, y no solo en ambientes soberanistas, el bilateralismo se muestra a veces como un dogma intocable. Quienes lo ven así parecen haber congelado su análisis en un tiempo anterior a la generalización del modelo autonómico. El catalanismo deseaba relacionarse bilateralmente con el Gobierno central porque no podía contar con aliados para acceder al autogobierno. Fuera del País Vasco y Galicia, no se veían signos claros de autonomismo. No había margen para alianzas ni, por tanto, alternativa al bilateralismo. Por otra parte, si todos optan por el bilateralismo, el Estado tiene la información de todos y la ventaja correspondiente al negociar por separado con cada comunidad autónoma. El Estatut del 2006, en cambio, es más sensato: en el artículo 3, que se refiere a las relaciones de la Generalitat con el Estado proclama los principios de bilateralidad y multilateralidad. De modo más preciso, el Estatuto de Andalucía (artículo 219), establece la bilateralidad con el Estado para los asuntos de interés específico para la comunidad andaluza; la multilateralidad, para los asuntos de interés general.

Las Conferencias de Presidentes son el foro en el que es posible buscar coincidencias, tejer alianzas y así alcanzar objetivos legítimos, tanto propios como compartidos. Un proverbio francés recuerda que los ausentes siempre están equivocados: 'les absents ont toujours tort'. Lo dicen los asistentes a la reunión cuando les resulta cómodo culpar a quien no está allí para defenderse. Pero el ausente también se equivoca, de verdad y mucho, cuando renuncia a defender los intereses colectivos que por su rango institucional está obligado a representar.