La nueva legislatura

Dos socios, Esquerra y la feroz oposición

Las reacciones del PP y de Ciudadanos son solo un aperitivo de lo que se espera esta legislatura

Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, tras la firma del acuerdo de gobierno en el Congreso.

Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, tras la firma del acuerdo de gobierno en el Congreso. / periodico

Rosa Paz

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Aun sin saber si el 'sí' definitivo de ERC llegará antes del 5 de enero, parece que este lunes se despejaron la mayoría de las incógnitas que en las últimas semanas hacían cuestionar la posibilidad de la investidura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno. Por cómo se fueron sucediendo los acontecimientos a lo largo del día, se podría afirmar que tanto PSOE como Unidas Podemos creen que la elección del nuevo jefe del Ejecutivo en el Congreso de los Diputados podría producirse el próximo domingo, justo antes de la cabalgata de Reyes.

Sería esta una gran noticia que pondría fin a casi un año de bloqueo político e interinidad gubernamental y a unas semanas en las que la derecha política y mediática —e incluso algunos analistas no tan renuentes al pacto con Esquerra— han reprochado a los socialistas las “cesiones” a ERC, aunque aún no se conoce ninguna, y que se dejaran “humillar” por los de Oriol Junqueras o que dejaran que “se humille” al Rey, cuyo discurso de Navidad identificaron con Vox. Las cosas se estaban poniendo feas, porque las fuerzas de la derecha se habían desatado mientras los dirigentes del PSOE permanecían en silencio y, al menos fuera de Catalunya, se temía que esas presiones desenfrenadas acabaran por hacer peligrar la investidura y abocaran a unas terceras elecciones.

El escrito de la Abogacía del Estado

No contribuyó a calmar a los enfurecidos que el domingo se dijera que el escrito de la Abogacía del Estado sobre la situación penal de Junqueras no le parecía mal a ERC, porque se daba a entender que los republicanos habían visto el documento antes de que este hubiera sido enviado al Tribunal Supremo. De ahí la revuelta del PP, dispuesto a llevar a los tribunales la supuesta filtración, y la de Ciudadanos, empeñado en denunciar la injerencia del Gobierno en la autonomía de la Abogacía, que como cuerpo de la Administración Pública no todos ven tan clara. No es esto más que un aperitivo de la feroz oposición que se espera para esta legislatura y eso sin contar con lo que hará la extrema derecha.

Ha sido, no obstante, ese escrito de la Abogacía, que pide al Supremo que permita a Junqueras ejercer de europarlamentario en tanto que no se apruebe su suplicatorio, el que ha ayudado a que las cosas transiten por un territorio más despejado. Porque si a ERC le parece suficiente, y desbloquea de una vez la situación, la investidura se podría producir esta misma semana.

De ahí que Sánchez y el líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, rompieran su inquebrantable silencio y presentaran su programa de Gobierno de coalición. Sin sorpresas. Casi todo lo recogido en el pacto responde a lo que se esperaba: modificación de la reforma laboral del PP, más impuestos para las rentas más altas, subida de las pensiones con el IPC...  Y afrontar el conflicto político catalán impulsando el diálogo y el acuerdo entre las partes. Quizá la clave catalana esté más clara en el acuerdo firmado con el PNV: diálogo sí, pero también reconocimiento de las identidades territoriales y modificaciones legales para encontrar solución al contencioso catalán y al nuevo Estatuto vasco, “atendiendo a los sentimientos nacionales de pertenencia”. Pronto se verá.