Ideas

De Jane Austen a Víctor Català

zentauroepp42598943 icult vctor catal191230170822

zentauroepp42598943 icult vctor catal191230170822 / periodico

Xavier Bru de Sala

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

También Jane Austen publicaba con seudónimo, 'una dama', pero los tributos al androcentrismo no pesan. Si no es necesario que nadie vindique el lugar de honor en la cima del canon que corresponde a Austen, son inútiles los intentos, no por académicos menos anticanónicos, de imponer a Víctor Català como novelista. Por mucho que se esfuercen, no lo era, y en la medida que lo intentó fracasó. 'Solitud' sería una 'nouvelle' magnífica si la autora no hubiera caído en la tentación de alargarla y volverla pesada, como Conrad con 'Lord Jim'. De su 'Film' mejor no hablar porque es ilegible. De ahí el daño que infligen, engañando a lectores incautos, estos supuestos benefactores: Con permiso de Calders y Monzó, la CatalàEspriu y la Rodoreda son de largo las tres mejores voces narrativas de la literatura catalana moderna. Y lo son por los cuentos, como ChaucerBoccaccio o Maupassant, por lo que no es vergüenza.

Conviene fortalecer el propio canon con las mejores obras de los mejores en vez de sobrecargarlo con bagatelas

Y lo son por la crueldad, sí la crueldad, no seamos ingenuos, por el estilete impío con que penetran y describen. Es a través de la imprescindible pasarela de la crueldad que volvemos a Austen, en concreto a 'Mansfield Park', una de sus novelas menos divulgadas, tal vez porque es la que presenta una mayor complejidad estructural. La historia, naturalmente de amor y crítica social, presenta un cuadrilátero de protagonistas que puede ser confundido con un pentágono o incluso con un hexágono. Cuadrilátero de relaciones que ilustran las dificultades para llegar a la perfección del triángulo de la felicidad en la pareja formado por los sentimientos, la razón y las convenciones. Esto constituye el tema real, la dura y magnífica tesis de la obra.

No todo el mundo puede ser un genio, claro. Los arquitectos modernistas catalanes dan diez vueltas a los vieneses. En cambio, los novelistas tienen sobre los 'noucentistes' el mérito de haberlo intentado. Por ello, a la contra de los académicos caraduras y a la de los editores inflacionarios, conviene fortalecer el propio canon con las mejores obras de los mejores en vez de sobrecargarlo con bagatelas.