La tercera guerra mundial

Nostradamus, “historiador y profeta”. ¿Se acuerdan de él? Vivió en el siglo XVI y su fama ascendió hasta nuestra época, en los años 80 del siglo pasado, para hechizarnos con sus predicciones. Hace unos días, moviendo libros en casa de mis padres, encontré por casualidad ese volumen negro con letras doradas, que regalaban en las cajas de ahorros. Con qué fascinación (¡y miedo!) leíamos esas páginas. A través de su exegeta, Jean-Charles de Fontbrune, las profecíasdel sabio Nostradamus repasaban lo que había ocurrido en el pasado y ofrecían“vaticinios que se levantan como un viento de tragedia que amenaza con destruir nuestra civilización occidental”. Hojeábamos el libro buscando indicios de su visión histórica, a veces un poco retorcida. Estos versos, por ejemplo: “De lo más profundo del Occidente de Europa / de pobre gente un niño nacerá / que con su lengua seducirá a mucha gente, / su ruido en el reino de Oriente más crecerá”, se ve que pronosticaban el nacimiento de Hitler y su política con respecto a Rusia.

Todo este mundo de guerras religiosas y destrucción se volvía más temible cuando se acercaba al futuro inmediato del año 2000, donde empezaba el último capítulo de las profecías: “La tercera guerra mundial”. Hurgaba en esas páginas incomprensibles buscando señales. Hacía poco había terminado la lectura apasionante de mi primer 'best-seller', 'El quinto jinete', de Dominique Lapierre y Larry Collins, en el que el coronel Gaddafi iba aponer una bomba nuclear en Nueva York e Israel bombardeaba Libia. Yo soy de la generación que creció con la guerra gría, con la película 'El día después', que simulaba lo que ocurriría en un ataque nuclear; con la amenaza del ayatolá Jomeini en Irán y el intento de asesinato de Reagan -predicciones que de alguna forma también estaban en Nostradamus.

Hoy, a las puertas de un año que suena tan bien como el 2020, ese discurso inquietante de la guerra fría está de vuelta bajo nuevas formas: Donald Trump, Erdogan, Putin, Siria, la emergencia climática… Sin un Nostradamus que los convierta en profecía, ahora son los científicos que nos ponga en guardia ante el apocalipsis.