DESENLACE DE UNA SAGA CINEMATOGRÁFICA LEGENDARIA

Hace mucho tiempo y siempre

Nosotros hemos cambiado, pero el fin del mundo sigue al acecho y necesitamos muchas de las cosas que 'Star wars' nos trajo hace 40 años

Hace mucho tiempo y siempre

Hace mucho tiempo y siempre / periodico

Mónica Vázquez

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El mundo era un lugar muy diferente cuando Luke Skywalker empuñó una espada láser por primera vez. Era 1977 y el mundo luchaba por soñar una primavera que aún tardaría en llegar. La guerra fría estaba enseñándole a la humanidad un tipo de violencia pegajosa, difusa, incierta. Era un miedo sordo, distante y constante, que se sentaba a la mesa a cenar todas las noches, como si nada. Era una posibilidad entre un millón, pero el fin del mundo estaba ahí, al otro lado de ese velo de realidad que define nuestras vidas, hechas de rutinas y sueños a medio hilvanar. 

En este contexto nació 'Star wars', armando las imaginaciones de millones de personas contra un mal intangible que no eran capaces de comprender. Los malos eran muy malos, los buenos, muy buenos, y la Fuerza estaba con ellos, con los valientes que decidieron unirse a la Rebelión y luchar contra el Imperio, los que siguieron al loco de George Lucas por el agujero de gusano que acabaría convirtiéndose en una de las historias mejor contadas. Pero, como diría Obi-Wan Kenobi, ¿quién está más loco, el loco o el loco que sigue al loco?

Sentirse parte de algo grande

El mundo era muy distinto entonces, pero la historia es la misma. Vivimos con los mismos miedos, las mismas incertidumbres. Nosotros hemos cambiado, pero el fin del mundo sigue al acecho, y necesitamos muchas de las cosas que 'Star wars' nos trajo entonces, y nos trae ahora. Necesitamos creer en lo imposible, sentirnos parte de algo grande, algo que nos ayude a entendernos. Necesitamos seguir rebelándonos contra el Imperio del miedo.

Nos cuenta que perder la fe en la humanidad significa perder lo que nos hace humanos

'Star wars' nos contó la historia de cómo Anakin se perdió en Vader. Nos contó también cómo Luke necesitó luchar contra sí mismo para encontrar su camino y, acierto tras error, transformarse en leyenda. 'Star wars' nos dio a Leia, heroína que alimentó el fuego de una revolución que arderá por siempre, que redefinió el significado de "princesa", que liberó la imaginación de millones y millones de niñas. 'Star wars' nos cuenta ahora con Rey que hay mil formas de ser uno mismo, que tu nombre o tu lugar de procedencia no determinan tu destino. Nos cuenta que uno se construye a sí mismo día a día y con ayuda de sus amigos, que los enemigos no son siempre lo que imaginamos y que perder la fe en la humanidad significa perder lo que nos hace humanos.

'Star wars' es mucho más que un puñado de películas, mucho más que una saga o un universo deliciosamente construido. 'La guerra de las galaxias' es la guerra que luchamos todos los días contra la alienante frialdad del mundo: es una guerra para salvar la inocencia, la capacidad de creer en uno mismo y en los demás.

Habrá quien diga que solo son películas, artefactos de ficción que nos sacan de nuestra realidad por unas horas, y lo dirá desde la ignorancia o la prisa de no pararse a pensar en la importancia que tienen las historias en la manera en la que aprendemos a interactuar con el mundo y entendernos a nosotros mismos como parte de él. 'La guerra de las galaxias' nos trajo referentes que dieron forma a quienes somos hoy, y seguirán moldeando el mañana por mucho tiempo. Inventó todo un ecosistema tecnológico que asombró a generación tras generación con la picardía de un equipo humano que no dudó en lanzarse al vacío de los efectos especiales en una industria que aún no entendía lo que estaba pasando. Desafió el concepto de 'posible', atravesando la gran pantalla con un Destructor Imperial que viviría por siempre en la memoria de aquellos espectadores que, en 1977, abrazaron una nueva esperanza de la magia del cine.

Una manera de entender el mundo

El universo de 'Star wars' va más allá de las películas, los libros, las series, los videojuegos; es una manera de entender el mundo, es un querer estar vivo, ser valiente y vulnerable y tener una espada láser. Y no todo es bueno. No todo es fácil ni tiene sentido, pero tres acordes de John Williams te enseñan lo importante que esa amalgama de emociones ha sido.

El mundo necesita de la ingenuidad de aquellos que aún creen en los finales felices, en la justicia, en la paz. 'Star wars' es la tierra de los ilusos, la bandera de los insensatos, la patria de una idea que podría cambiarlo todo: que la luz es más fuerte que la oscuridad, que uno puede elegir su destino y ser el héroe que una vez se atrevió a soñar. 'La guerra de las galaxias' nos enseñó que el universo es nuestro, que somos parte de él, así como él lo es de nosotros. Nos dio un hogar en lo imposible y le dio a lo imposible un hogar en nuestro corazón. Nos dio una Rebelión a la que unirnos. Que la Fuerza nos acompañe.