Chequeo

Capitalismo y ecología

Las empresas seguirán asumiendo compromisos contra el cambio climático porque hay negocio, a pesar del decepcionante resultado de la Cumbre del Clima

Greta en Madrid

Greta en Madrid / periodico

Rosa María Sánchez

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La Cumbre del Clima de Madrid ha resultado decepcionante para todos. No ha servido para instalar la idea de emergencia climática ni para adoptar un plan de acción mundial en consecuencia.

Europa considera frustrante no haber logrado el compromiso de redoblar los esfuerzos para reducir las emisiones.

China, India y países africanos ven insuficiente el apoyo financiero para que los países en vías de desarrollo puedan enfilar la transición energética.

Activistas y oenegés denuncian que la cumbre solo ha servido para “blanquear” a empresas y gobiernos que siguen contaminando.

Con la oportunidad de la Cumbre empresas energéticas y bancos han lanzado sus planes para avanzar en la descarbonización del planeta. También la industria más intensiva en consumo energético. La lucha contra el cambio climático comporta tales oportunidades de negocio que constituye en sí mima un cambio de modelo productivo para el mundo, en general, y para Europa y España, en particular. Y las empresas no se quieren perder su parte en este negocio. 

El Pacto Verde Europeo que propugna la UE prevé 260.000 millones de euros de inversión anual adicional en los diez próximos años, con dinero público y privado.

Solo en el caso de España, el Plan de Energía y Clima espera movilizar unos 236.000 millones de euros entre 2021 y 2030. De esta inversión, un 80% procederá del sector privado y el 20% restante, unos 47.000 millones, del lado público, sobre todo en ayudas al ahorro, eficiencia energética y movilidad sostenible. El Gobierno calcula la creación de entre 250.000 y 300.000 nuevos empleos al año en el próximo decenio relacionado con el cambio climático, principalmente en la industria y la construcción.

La banca se ha dado cuenta de que puede ganar mucho dinero financiando este crecimiento. Y las propias firmas energéticas han asumido que, o se alejan de los combustibles fósiles, o tendrán los días contados.

No es que el capitalismo se haya hecho ecológico. Es que si no gira al verde dejará de ganar de dinero. Por una vez, capitalismo y ecologismo convergen.

Algunos de los anuncios lanzados por empresas y bancos han sido desacreditados como prácticas de ‘greenwahsing’ (lavado verde de cara) por parte de activistas ecologistas. Y puede que algo, o mucho, de esto haya. Algunos casos causan verdadero sonrojo. Todo el mundo se da cuenta. Pero también es cierto que las empresas están asumiendo compromisos que, aunque aun pudieran resultar insuficientes, van en la buena dirección. Y lo están haciendo, porque les interesa para seguir ganando dinero. Esa es la garantía de que se llevarán a cabo, a pesar, incluso del decepcionante resultado de la Cumbre.