Ray se acaba

Ray Donovan es la historia de un hombre que se dedica a arreglar los problemas de los demás y que es incapaz de hacer lo mismo con los suyos. Interpretado por Liev Schreiber y rodeado de un 'casting' excelente en el que destaca Jon Voight, la serie creada por Ann Biderman ('Soutland', 'Enemigos públicos') consiguió batir todos los récords cuando se estrenó en junio del 2013 y actualmente está en emisión en Movistar en su séptima temporada. Y claro, el frío y eficiente Ray está ya cansado de tanto lío que resolver, tanto en sus negocios como en su familia, mientras la policía cada vez le tiene más rodeado por sus oscuros y delictivos métodos. También anda desesperado tras el fallecimiento de su esposa y ha vuelto a beber. En resumen, la serie se ha vuelto más negra que nunca, porque a su protagonista ya no le queda ni un gramo de esperanza, todo lo que ocurre va dibujando un próximo final que no se presiente feliz en absoluto y los guionistas parecen haberse centrado ya casi exclusivamente en su particular y acelerado descenso a los infiernos. Es un clásico, el malote de corazón noble al que acabas por tener simpatía debido a sus inútiles esfuerzos por evitar el desastre. Veremos cómo acaba todo, aunque de momento ya tenemos al protagonista asistiendo cual Tony Soprano a sesiones con un psicólogo (el incombustible Alan Alda de 'The good fight', pero sobre todo de 'Mash' ), asustado y temeroso como nunca', frágil y agotado ante la evidencia de que la vida le está ganando y la derrota final se aproxima.

Narrar la historia de una familia de tintes mafiosos como metáfora de la sociedad norteamericana es algo que tiene precedentes gloriosos en 'El Padrino' o 'Los Soprano'; y en ese sentido, las andanzas de Ray Donovan, su imposible padre interpretado por un Jon Voight que ha encontrado en ello el papel de su vida, y sus hermanos Bunchy (Dash Mihok) y Terry (Eddie Marsan) sirven a los guionistas para mostrar la decadencia de quien abraza la ambigüedad moral como conducta. Algo que el canal Showtime, que emite la serie, ha mostrado como marca de algunas de sus ficciones más exitosas. 'Weeds' contaba la historia de una madre de familia que, para sacarla adelante, se dedicaba al tráfico de marihuana; 'Dexter' era un asesino en serie que solo mataba a criminales que quedaban libres por errores del sistema, y 'Penny Dreadful' revivía a monstruos clásicos del cine de terror.

Esta temporada será la última del otro gran proyecto de Showtime, 'Homeland', interpretada por la histriónica Claire Danes; con lo que un previsible final de Ray Donovan tras siete temporadas va a dejar al canal que en su día jugó a ser competencia de HBO huérfano de sus mejores activos en un momento en que la competencia es mayor que nunca. Termina la década y, con ella, muchas de las series que nos han acompañado. Vendrán otras historias y seguro que entre ellos habrá nuevos personajes que, buenos o malos, se ganarán nuestra confianza porque finalizan los episodios, pero los protagonistas que muestran los claroscuros de la vida nunca se van, puesto que son los que más se acercan a la verdad.