Al contrataque

El follón por el follón

Los del Tsunami intentarán que no podamos disfrutar debidamente lo que el añorado Vázquez Montalbán llamaba lisa y llanamente querer meterle cinco a cero al Real Madrid

Corte de los CDR en Barcelona, la noche del martes.

Corte de los CDR en Barcelona, la noche del martes. / periodico

Antonio Franco

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No tengo en buena consideración a los del Tsunami (los denomino así, sin añadirle ningún adjetivo inadecuado), esa plataforma por otra parte anónima y encapuchada. Su próximo objetivo es bloquear los accesos al Camp Nou la tarde del Barça-Real Madrid, aunque nadie descarta que además intenten torpedear la retransmisión televisiva mundial o el suministro eléctrico. Explican que quieren que se sepa que "una parte importante de la población catalana (...) no puede ejercer su derecho a la autodeterminación". Podrían ahorrarse la actuación: el mundo ya lo sabe. Hablan de ello diariamente los medios de comunicación del país y los representantes políticos (entre ellos los que podríamos denominar 'suyos', unos correctos y otros no muy honorables). Pasa lo mismo en el ámbito internacional, ante el que quieren que sea "visible" lo que ocurre en Catalunya.

Tsunami desea dar a conocer lo que ya es público para todo el planeta: que se hicieron consultas populares poco rigurosas, que la Policía española cometió brutalidades todavía impunes, que el 'president' de la Generalitat no se presentó a la hora de administrar la república independiente que proclamó fugazmente porque había marchado al extranjero sin avisar siquiera a la mayoría de sus compañeros...

Difícil encauzamiento

Si los Mossos actúan ese día tan tarde y mal como lo hicieron en los cortes de carreteras, Tsunami puede conseguir el bloqueo. Pero si también desea, como anuncia, "hacer una llamada al diálogo" sus dirigentes harían bien leyendo los periódicos, viendo la TV o escuchando la radio, pues entonces se habrían enterado de que ya hay una mesa en la que se ha empezado a hablar de nuestro problema político. Pero Tsunami nos hace correr un riesgo: si extralimitaciones ajenas a los que están dialogando -como las que podrían hacer gente tipo Vox o encapuchados como los suyos- provocasen algún accidente lamentable, aunque sea no querido, podría echarlo a perder todo, no solo la mesa y la investidura sino también la continuidad del difícil encauzamiento de lo que se está empezando a hablar. Cuidado.

Pero quizá por no tener en buena consideración a los del Tsunami, pienso que a ellos no les deben importan las sutilezas de la política en una situación tan delicada como la catalana, y lo que realmente buscan -inspirados por altas instancias partidarias del cuanto peor, mejor- es el follón por el follón. En cualquier caso, Tsunami con ello intentará que no podamos disfrutar debidamente lo que el añorado Vázquez Montalbán (por cierto, qué buen libro ha hecho Jordi Osúa sobre Manolo y su manera de interpretar las conexiones entre el fútbol y la política) llamaba lisa y llanamente querer meterle cinco a cero al Real Madrid y a todo lo que representa dentro de nuestro imaginario nacional.