El camino de la investidura

¿De qué vamos a hablar?

La negociación de los partidos determinará qué temas van a estar arriba del todo de la agenda del futuro Gobierno

Reunión entre ERC y PSOE en la sede de la AMB

Reunión entre ERC y PSOE en la sede de la AMB / periodico

Berta Barbet

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Aunque tendemos a ver la política en términos unidimensionales con partidos que se posicionan más o menos lejos unos de otros entre dos puntos, los estudios sobre el tema nos indican que no lo es. Las actitudes de la mayoría de ciudadanos y partidos se ordenan bajo dos o tres dimensiones separadas que estructuran el pensamiento en distintos conflictos y que generan distintas dinámicas de competición entre los partidos. Las alianzas que se crean cuando los votantes y partidos piensan en la política económica del Gobierno no son las mismas que se crean cuando los votantes piensan en la relación de España con Europa, las que se crean cuando piensan en el modelo territorial del país o las que se crean cuando piensan en términos de feminismo y política social. Las coaliciones naturales y los comportamientos de los votantes varían, porque los distintos partidos no están a la misma distancia entre ellos en todos los conflictos.

Esta situación hace que la actual negociación de Gobierno sea potencialmente clave para entender las dinámicas políticas del futuro. No solo por quién pueda acabar teniendo ciertas carteras o qué políticas se vayan a acabar impulsando, también para entender qué temas van a estar arriba del todo de la agenda de gobierno y qué lógica va a determinar la lucha partidista entre oposición y Gobierno del futuro.

Un Gobierno formado por Podemos y PSOE con el apoyo de partidos regionalistas es probable que sea un Gobierno que impulse básicamente temas en los que votantes de estos partidos están de acuerdo. Probablemente temas relacionados con la política económica y social. Esta situación obligaría a los medios y la oposición a debatir de estos temas, haciendo, pues, que el debate entre Gobierno y la oposición, y por lo tanto la competición electoral, se centrara en temas de modelo económico y social. Esto no implica que otros temas, como la estructura del país o la reforma política, desaparezcan de la agenda. Especialmente porque el apoyo necesario de los independentistas pondría el tema en la agenda. Pero no es esperable que el gran tema de debate del Gobierno surgido de esta coalición fuera el debate territorial.

Si, por el contrario, el Gobierno sale de un pacto entre PSOE y PP, los temas económicos y sociales difícilmente estarán al frente de la agenda, pues son temas en los que los dos grandes partidos, y sus votantes, no comparten posición. Esta situación probablemente generaría una agenda basada en las reformas políticas y estructurales del Estado. Una situación que, de nuevo, también implicaría que el debate Gobierno-oposición se estructurara con estos conflictos. Con Vox, Podemos y regionalistas marcando distancia del Gobierno en modelo de Estado, más que temas económicos y sociales.

El debate de las próximas semanas, pues, determinará no solo el Gobierno del Estado, también la agenda probable de los próximos años. Y esto, a su vez, marcará las reformas que impulsaremos con más o menos comodidad.