Dos miradas

Los enfermos nos roban

No es lo mismo culpar al Estado de la falta de infraestructuras que denunciar al trabajador precario por no entender el catalán o al paciente derivado para una operación

Declaraciones del Síndic de Greuges, Rafael Ribó

El Síndic de Greuges, Rafael Ribó. / periodico

Emma Riverola

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Estos últimos años hemos vivido actitudes que parecían relegadas a los libros de historia. Conocidos, incluso amigos de épocas pasadas, convertidos en auténticos fanáticos. El mundo dividido en dos bloques. Y los que conforman el ajeno, no reconocidos como iguales. Lo peor del Síndic de Greuges cuando minimizó las listas de espera de la sanidad pública no fue que se dedicara a sacar las castañas del fuego del Govern (como lleva años haciendo) en detrimento de la defensa de los ciudadanos, sino que señaló a los pacientes de otras comunidades como culpables del colapso sanitario. No hay datos que sustenten la conjetura, pero el esputo ya está lanzado.  

Cuando el ‘Espanya ens roba’ se popularizó, se contemplaba al Estado como un ente poderoso y Catalunya como la región oprimida. Pero la queja ha ido virando hacia los débiles. No es lo mismo culpar al Estado de la falta de infraestructuras que denunciar al trabajador precario por no entender el catalán o al paciente derivado para una operación. Una cosa es la queja lógica y necesaria. Lo otro es un populismo sumido en el clasismo y la xenofobia. Así estamos.