LA CLAVE

La última migración de Ribó

El Síndic de Greuges abandona su función, desasiste a los pacientes y se erige en defensor de la Administración al minimizar las listas de espera de la sanidad catalana y vincularlas a la atención a ciudadanos de otras autonomías

Rafael Ribó.

Rafael Ribó. / periodico

LUIS MAURI

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Rafael Ribó es un hombre con muchas aristas. Filos en los que unos han tropezado, otros se han enganchado, algunos se han desangrado. Salientes en los que otros habrán hallado cobijo. Aristas personales, esa envarada altivez. Aristas políticas, el embalsamamiento del PSUC, la robustez parlamentaria. Aristas éticas, la aceptación de un viaje de ocio pagado por un imputado por la presunta financiación ilegal de Convergència con las mordidas del 3% (destino: Berlín, final de la Champions Barça-Juventus, 2015).

Como Síndic de Greuges, el defensor del pueblo catalán, Ribó ha recibido numerosas críticas en los años del ‘procés’ por su inclinación hacia el hechizo del independentismo gobernante. Por ejemplo, el escaso interés por los derechos pisoteados de la oposición en el Parlament (6 y 7 de septiembre del 2017, leyes de desconexión).

Muchos de sus detractores le pasan factura por su migración desde el comunismo hasta la connivencia con el nacionalismo conservador. Pero el reproche evolutivo no constituye un argumento esencial. El exministro del PP Josep Piqué también tuvo una juventud comunista. Jorge Verstringe migró desde el neofascismo juvenil hasta Podemos, pasando por la dirección de la AP de Manuel Fraga, el PSOE e Izquierda Unida. La lista de migrantes políticos no tendría fin. Todo el mundo tiene derecho a evolucionar, también a prosperar.

Listas de espera

El problema no es la próspera evolución, sino que esta pueda comprometer la credibilidad del Síndic. Y esto es justo lo que consigue Ribó al minimizar las listas de espera en la sanidad catalana, las más abultadas de España en tasa por habitante, y vincularlas a la atención prestada a ciudadanos de otras autonomías. La última migración: defensor de la Generalitat en vez de los pacientes. Dejación de funciones.

A Ribó se le está haciendo largo el mandato como Síndic, que ya dura más de 15 años. Bien, esto no es exacto, no es a él a quien se le hace largo, de lo contrario hubiera pedido el relevo. Es la institución, a la que se le está haciendo larga la era Ribó.