IDEAS

Viernes negro

Cartel publicitario del Black Friday en Sevilla

Cartel publicitario del Black Friday en Sevilla / periodico

Miqui Otero

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-Te voy a decir una cosa: el Viernes negro es peor que el Jueves negro.

-¡Pero si el jueves negro fue el primer día del gran Crack del 1929! ¡Cuando empezó a caer todo el sistema!

-Por eso mismo. Y el Black Friday lo que hace es apuntalarlo año tras año.

-Eres un demagogo.

-Es que hasta el nombre es chungo. Suena a 'Bloody Sunday' y a Luna Roja, ese eclipse que vuelve loca de remate a la -gente que lo mira. Aquí pasa lo mismo: mira sus caras haciendo cola en las cajas acunando pantallas de plasma.

La misma cara de lunático que pones tú ahora.

Hasta el nombre de Black Friday es chungo. Suena a 'Bloody Sunday' y a Luna Roja, ese eclipse que vuelve loca de remate a la gente que lo mira

-Es que es como cuando en medio de la tiranía de una monarquía absolutista algún realista se paseaba lanzando mendrugos de pan a los más pobres.

-Venga, va, afloja.

-Peor. En realidad son esas muestras de colonia en sobrecito que te dan en las tiendas o que pegan en las páginas de las revistas. Apestan, las hueles aunque no quieras y encima, si las pruebas y te gustan, igual acabas comprando el frasco entero. Aunque no lo necesites.

-Pues a ti no te iría.

-¡Peor! El Black Friday, sus rebajitas, es la dosis gratuita que te ofrece el camello.

-Al menos revitaliza la economía.

¿Sabes a quién me recuerdas? A ese personaje pijo de 'Suave es la noche', la novela de Fitzgerald. Se pone a comprar “cuentas de colores, colchones de playa, flores artificiales, miel, periquitos, pañuelos y tres yardas de un nuevo tejido del color de las gambas”.

-Bueno, yo solo me iba a comprar una tele, este viernes.

¿Y sabes por qué? La tía “secree en la obligación de comprar, como un bombero siente la de permanecer en su puesto en el momento de mayor peligro”. Piensa que debe comprar, si quiere que las fábricas de chicle humeen y sigan metiendo dentífrico en grandes calderas y los mestizos suden en plantaciones brasileñas. Piensa que el capitalismo depende de que ella consuma.

-Ya  que me hablas de novelitas. No te veo igual de enfadado en Sant Jordi, Miqui, que te recuerdo que te veo a menudo -firmando… Bueno, firmando. Es un decir.

-¡Pero Sant Jordi es una tradición! Para una bonita que hay, tan bonita como insuficiente... Pero no puedes comparar que las grandes multinacionales se forren este viernes vendiendo electrodomésticos o ropa con que esos que venden tan poquísimo, discos o libros, tengan un día que le salve el año. Eso es casi como que alguien raje de un chiste machista y tú defiendas tu libertad de expresión como maromo. Como que se reserve un asiento en un bus para los que tienen algún problema físico y tú lo veas una afrenta porque estás cansadillo y no puedes sentarte.

-Yo sí que estoy cansado. De tu chapa. Por cierto, en Navidad no te veo tan beligerante.

-La Navidad es inevitable. Y algo más bonita.

-Ya, pues mira, acaban de encender las luces en las calles. ¿Quedamos el sábado para que no  nos pille el toro con los regalos?