Los derechos de las mujeres

A por las feministas

El pensamiento machista patriarcal sigue estando ahí y está legitimado a través de un partido político con 52 diputados

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Ana Bernal-Triviño

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Pintadas de “feminazi” y Vox en las fachadas de centros para la Igualdad en Fuenlabrada, Madrid.

Pintadas y más mensajes machistas en la sede de Píkara Magazine y a Irantxu Varela, en Bilbao.

Compañeras mandándome tuits de insultos, mensajes misóginos y amenazas en redes sociales. Mensaje de “feminista buena, feminista muerta”, de forma reiterada que he recibido yo misma. 

Esto es un pequeño balance en dos días justo en la semana posterior de las elecciones generales, donde el grupo de ultraderecha Vox ha conseguido 52 escaños. En Fuenlabrada, por ejemplo, el propio partido ha condenado las pintadas y, aunque aparecía su nombre en algunas de ellas se distanciaron con el asunto. El problema es que no pueden marcar mucha distancia porque si en esas paredes aparece escrito “Vox” es porque quienes han hecho ese ataque son, cuanto menos, simpatizantes del partido. Y, otro paso más, son personas que sienten que pueden hacer esos actos porque el ataque de Vox hacia las feministas les ha dado alas para hacerlo. Porque prender la cerilla era muy fácil. Cuando sus seguidores celebraban su resultados frente a la sede del partido, empezaron a corear “A por ellos”. Y algunos no han perdido el tiempo, en concreto, “a por ellas”, a “por las feministas”, con especial intensidad. 

Ahora hace dos años que me estrené en este periódico con un artículo que se titulaba 'No manipuléis el feminismo' y que ahora se ha convertido en libro. En aquel artículo inicial, yo denunciaba: “No digáis ni feminismo ni machismo, sino igualdad. No mencionéis tanto el mito de las denuncias falsas, cuando solo son el 0,0075% y centraos en el 99,9925% que son verdaderas”. Y a pesar de decirlo, a pesar de repetirlo, han conseguido hacerse un hueco en agenda con este y con más mitos, con más mentiras, que han calado de forma muy rápida en una parte de la sociedad. ¿Por qué? Porque el pensamiento machista patriarcal sigue estando ahí, y porque está legitimado a través de un partido político. 

No volvamos atrás

Frente a quienes defienden el feminismo, algunos tratarán estos ataques como cuestiones menores. Otros dirán que hasta son merecidas. Lo que no hay duda es que son campañas electorales y no electorales en contra de las feministas. Y siempre digo que nosotras ya tenemos la espalda cubierta para que estos mensajes nos afecten lo menos posible. El problema de fondo es que ese mensaje va más allá. Como advierte J. Peters, el bulo o el mito tiene un trasfondo más profundo y es el de “reducir el apoyo social de las víctimas”.  Y esa es la clave de todo. 

Porque si yo logro que cuestiones los derechos de las mujeres, si yo consigo convencerte de que hay que derogar la ley de violencia de género, si yo miento y te digo que las asociaciones feminista son “chiringuitos”, si yo te digo que las mujeres denuncian en falso de forma masiva… tú no apoyarás jamás a una mujer maltratada cuando te pida ayuda. ¿Y qué ocurrirá? Entonces, la mujer maltratada dirá que no denuncia porque pensará que, de entrada, considerarán que su testimonio es falso. Entonces, la mujer maltratada, no se acercará a una asociación feminista porque ya habrá cerrado o será un centro estigmatizado al que sabrá que mejor no ir. Entonces la mujer víctima de violencia de género pensará que lo suyo es igual que una violencia doméstica, que el ser mujer no tiene nada que ver, que la ley de violencia de género no es la herramienta que la protege y, a la larga, al no identificarlo así, se alejará de salvarse. Ni ella ni sus hijos.

Su gran propósito no es otro que deconstruir lo construido. Y lo tienen fácil allí donde existe una falta de cultura  política, pero sobre todo una falta de memoria histórica feminista

El gran riesgo es que si se reduce el apoyo social a los derechos de las mujeres conseguidos, estaremos dejando en la indefensión y en peligro a mujeres e hijos que necesiten esa ayuda. Quizás algunos y algunas pensarán que están a salvo de esas situaciones, pero vuelvo a asegurar que he visto mujeres asesinadas de todas las clases sociales, y maltratadores de todas las clases sociales. 

Aunque queramos mirar a otro lado, ya hay cambios. Por ejemplo, por primera vez en 14 años, Madrid no tendrá declaración institucional contra la violencia machista este 25N porque Vox se niega. Ha sido el único en romper la unanimidad exigida entre los partidos. Su gran propósito no es otro que deconstruir lo construido. Y lo tienen fácil allí donde existe una falta de cultura política pero, sobre todo, una falta de memoria histórica feminista. Las personas somos manejables y fácilmente conquistables cuando desaparece nuestra memoria, cuando desconocemos de dónde venimos y quiénes trabajaron por nuestros derechos. Vox y sus similares se hacen crecer en ese hueco. No permitamos dejarles más espacio.