Mirando al Kremlin

El independentismo fue utilizado por el ‘procés’ para salvar al gobierno de Artur Mas. Y el ‘procés’ fue utilizado por Rusia para desestabilizar a Europa. Si hay un guionista supremo, se lo está pasando en grande. Da miedo pensar en la nueva temporada.

Corría el año 2012, el goteo de informaciones sobre el 3% ya dejaba intuir que Catalunya llevaba lustros boqueando en un barrizal de corrupción. Las vergüenzas de Convergència empezaban a quedar al descubierto. Artur Mas era el presidente. El mismo que había sido ‘conseller’ de Economia i Finances, también de Obres Públiques en las épocas gloriosas de Jordi Pujol.

Mas ya había dado muestras de ‘trilerismo’ político cuando, en el 2003, exigió la rectificación de Maragall sobre la acusación del 3%. Si no, se descolgaría de la negociación del Estatut. Es decir, la patria es importante, pero aún más salvar el chiringuito. Pero en el 2012 ya se intuye que el 'striptease' (involuntario) de la corrupción va a ser imparable. Tampoco va a ser fácil reducir el enfado ciudadano ante política ‘austericida’ de Mas, entusiasta pionera en España. Entre una cosa y otras, en el horizonte político convergente luce el ocaso. Hasta que, ¡gran idea! ¡La estelada! En Madrid, el gobierno del PP se lo pone muy fácil. Pero, ¿se puede convertir una idea minoritaria en mayoritaria? ¡Sí, se puede! Más aún cuando has podido robar durante veinte años gracias al silencio o la complicidad de un entramado empresarial, mediático y cultural.

El independentismo crece. Y la disputa entre ERC (los auténticos) y el espacio exconvergente (los conectados) lo convierte en un caballo desbocado. En un evidente factor de desestabilización de España. ¡Qué caramelito para Putin! Y ahora parece que entre los chalecos amarillos franceses, el Reino Unido del 'brexit' y el ‘procés’, Rusia se ha puesto las botas en esto de quebrar Europa. Hay que ver, tanta libertad y tanta democracia para acabar tratando de negociar mirando al Kremlin. ¡Quien se lo iba a decir al alegre batallón de jubilados del 'procés'!