Una Copa Davis 'after hours'

De los países participantes en esta Copa Davis, Rusia se ha presentado sin Medvedev; Alemania, sin Zverev; Croacia sin Cilic; Argentina sin Del Potro y Japón, sin Nishikori

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Jaume Pujol-Galceran

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La nueva Copa Davis de Gerard Piqué ya tiene su primer hito para la Wikipedia, aunque seguro que no es el que desearía el defensa del Barça. El récord del partido que más tarde ha acabado. Un doble que EEUU e Italia empezaron a jugar a la 01.50 de la madrugada del jueves en la Caja Mágica y finalizó a las 4.05 con victoria estadounidense.

Horario de 'after hours', con niños recogepelotas en la pista, que bien podría denunciarse por explotación infantil, y un palco vacío de autoridades y responsables, todos en sus casas o descansando en el hotel.

No es esta la mejor carta de presentación de las Davis Cup by Rakuten Finals. Los horarios de discoteca, obligados por jornadas de doble sesión, maratonianas muchas, están apretados con calzador porque solo se tiene una semana para este torneo exprés. Tampoco las gradas, a excepción de cuando juega España y Nadal, están a rebosar. En el debut de Djokovic en la central no había más de mil personas. La revolución de la nueva Copa Davis no ha empezado bien.

La idea de ese Mundial del tenis que soñaba Piqué no es tan fácil de implantar en un deporte tan individual. Posiblemente la Copa Davis estaba estancada y el modelo había perdido chispa. Eso dicen. Es cierto que el cambio no ha sido el primer 'lifting' que se ha hecho a la idea que Dwigth Filley Davis puso en marcha con un grupo de estudiantes en Boston en 1900. El tenis profesional hacía tiempo que pedía cambios. Los jugadores se quejaban de un sobreesfuerzo deportivo que rompía su calendario.

Bajo esas críticas, con unas federaciones sin poder sobre sus jugadores y una Federación Internacional poco imaginativa para dar brillo a su mejor joya nació el 16 de agosto del 2018 en Orlando la nueva Copa Davis, a la que solo le queda el nombre y la ensaladera de recuerdo.

La idea de juntar a los mejores equipos en una sede, bajo una misma superficie, con partidos a tres sets y con todas las estrellas era el plan perfecto que vendió Kosmos. Pero la realidad es otra distinta.

Un dato significativo. De los top 10 que hace unos meses participaron en las mismas pistas en el Masters 1.000 de Madrid, solo están en esta Copa Davis Nadal (juega en casa y no podía fallar), Djokovic, al que Piqué convenció a última hora, y Fabio Fognini. De los países participantes en esta Copa Davis, Rusia se ha presentado sin Medvedev; Alemania, sin Zverev; Croacia sin Cilic; Argentina sin Del Potro y Japón, sin Nishikori.

Ausencias que no ayudan a justificar la reforma de la Copa Davis, a pesar de que sus defensores piden tiempo para mejorar un producto que la ITF ha entregado por 3.000 millones de dólares a Kosmos para los próximos 25 años.

Tiempo tienen para mejorar y deberían pensar ya en cambios drásticos para la próxima edición, más importantes que adelantar media hora el inicio de los partidos como ha decidido este miércoles Albert Costa, director del torneo. Un parche que no asegura que aún se puedan volver a ver en la Caja Mágica, y de madrugada, una pista con apenas un centenar de aficionados y niños recogiendo pelotas a jugadores que se repartirán 18 millones de dólares en premios.