Tsunami Democràtic

Quien al cielo escupe...

Que se corten las vías en Sants o la autopista en La Jonquera no causa ni cosquillas a aquellos contra los que supuestamente se dirige la acción

Corte de la AP-7 a la altura del Pertús, convocado por Tsunami Democràtic

Corte de la AP-7 a la altura del Pertús, convocado por Tsunami Democràtic / periodico

Sílvia Cóppulo

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Vaya por delante que defenderé hasta el final todas las acciones cívicas que tengan por objeto seguir protestando por los cien años de cárcel que el Supremo ha dictado contra los líderes independentistas

Dicho eso, no acierto a comprender por qué el oleaje del 'Tsunami Democràtic' no llega a la meseta y se afinca únicamente pocos quilómetros más allá de las playas que le vieron nacer. Aplaudiría, por otra parte, que las acciones tuvieran un mayor grado de 'finezza' y fueran imaginativas. Que Tsunami se disponga a cortar las vías de Sants (como el sábado pasado) o la autopista en La Jonquera durante varios días no causa ni cosquillas a aquellos contra los que supuestamente se dirige la acción. Justo lo contrario. Les da alas para que repitan que en Catalunya lo que hay es un problema de convivencia (pensando en lograrlo), y así continúan escurriendo el bulto para que no vaya con ellos lo político del conflicto.

Entremos en la lógica de que la sentencia castiga no solamente a los más de dos millones de personas que votaron el 1-O y que siguen votando a fuerzas independentistas en los comicios posteriores, sino a esa gran mayoría, un 80% de la población de Catalunya, que está a favor de poder decidir la independencia en un referéndum. Si uno parte además de que, a través de los jueces, el Gobierno español o la Policía el Estado ejerce una represión mantenida y aumentada durante estos últimos años; es decir, si toda Catalunya sufre los excesos del poder de Madrid, me pregunto qué sentido tiene (desde el punto de vista de Tsunami) no actuar en aquellas tierras y contra aquellos intereses y, contrariamente, hacerlo contra las víctimas de esa represión, o sea, la gente de Catalunya. Es autoflagelarse, llana y sencillamente. O equivocarse de destinatario. Porque, ¿a quién beneficia promover el malestar social y alterar la economía en Catalunya? A los catalanes, no, sean o no independentistas. Al contrario, les perjudica. Es decir, Tsunami se acaba alineando sin querer con el Estado contra quien dice actuar. Otro tema es que Madrid pille muy lejos y dé mucha pereza.