Día universal del niño

Respetar a los niños

Una sociedad formada por personas que en su infancia tuvieron la experiencia de ser respetadas, será una sociedad equilibrada

Unos niños se dirigen al colegio en una imagen de archivo.

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Xavier Puigdollers

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Me piden que hable de los derechos de los niños. Gracias. Qué fácil es hablar, pero que difícil es asegurarles estos derechos. La cuestión está en qué mundo estamos construyendo y qué mundo les dejaremos. Mirad a los ojos a un niño y veréis alegría, esperanza, confianza o, tal vez, tristeza, miedo, desconfianza. Los niños viven en el espacio que se les deja. Son fruto de sus padres y viven según la sociedad que los rodea.

Los niños tienen todos los derechos, pero solo pueden disfrutar de aquellos que se les permite. Celebramos este año el 30 cumpleaños de la aprobación por parte de Naciones Unidas de la Convención de Derechos de los Niños y los 60 años de la Declaración de Derechos de los Niños, ambos documentos aprobados un 20 de noviembre. En ellos, se dice que los niños tienen derecho a un nombre, a una nacionalidad, a vivir, a ser alimentados, a la educación y la cultura, a la salud, a pensar, a expresarse, a participar. A todo aquello que hace posible que un hombre y una mujer sean libres. A ser respetada su dignidad.

Pero también dice que los estados tienen que respetar los derechos enunciados en la Convención y asegurárselos a todos los niños bajo su jurisdicción sin ningún tipo de discriminación, independientemente de la raza, el color, el sexo, la lengua, la religión, la opinión política o de otro tipo, el origen nacional, étnico o social, la posición económica, la incapacidad física, el nacimiento o cualquier otra condición del niño, de sus padres, o de sus tutores legales.

Cuidemos el futuro

Resulta pues, que los niños tienen derechos y los estados la obligación de asegurar que los puedan disfrutar. Pero ¿seguro que es así? ¿Se les ocurren casos de niños que no disfrutan de algún derecho? Todos hemos oído hablar de niños maltratados, abusados, que tienen hambre, que no tienen escuelas. Niños que sufren el horror de la guerra, que están desplazados de su país, que son secuestrados por mafias que trafican con ellos o que están en nuestras calles no acompañados. Qué difícil es considerar como de casa a aquel niño de raza diferentedifícil  o de color, que habla otra lengua y practica otra religión. O aquel que por motivos políticos o económicos en su país ha venido aquí acompañado, o no, por sus padres y tiene que ser acogido y protegido.

Todos tenemos la obligación de respetar a los niños y asegurar sus derechos. Los niños tienen que poder disfrutar de aquellos elementos materiales y espirituales que precisen para crecer en su globalidad. Tienen derecho a ser, a vivir, a tener un futuro, a ser felices. Si bien la obligación de asegurar que sea así la tienen los estados, como dice la Convención, no podemos olvidar que también la tenemos todos nosotros. Como sociedad, como profesionales, como individuos, como padres, abuelos, hermanos, familiares o vecinos. Todos, sin ninguna excusa, tenemos la obligación de respetar a los niños, de promover sus derechos y de protegerlos y ayudarlos en aquello que necesiten.

Los niños tienen todos lo derechos, pero solo pueden disfrutar de aquellos que se les permite 

Se dice que un pueblo sin niños es un pueblo en extinción, pero también se dice que si educas a un niño, estás educando a un pueblo.

Respetar, cuidar, alimentar, educar a los niños no es una inversión económica, aunque cueste dinero, es una inversión en dignidad, en futuro. Una sociedad formada por personas que en su infancia tuvieron la experiencia de ser respetadas, será una sociedad equilibrada.

Aprovechemos este cumpleaños para reflexionar sobre nuestra postura personal, social y política hacia la infancia. Algunos tienen más responsabilidades que otros, pero todos tenemos alguna, no rehuyamos de ella. Los niños nos necesitan y nos esperan. Si tenéis la posibilidad de hacer feliz a uno, no la desaprovechéis.

Feliz cumpleaños.