Editorial

Llamamiento al diálogo de Foment

La patronal catalana reclama consenso tanto en Catalunya como en la futura política económica

Entrega de los premios Carles Ferrer Salat y las medallas de honor 2019 de Foment, y del premio al empresario del año a Luca de Meo, presidente de Seat.

Entrega de los premios Carles Ferrer Salat y las medallas de honor 2019 de Foment, y del premio al empresario del año a Luca de Meo, presidente de Seat. / FERRAN NADEU

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En la cena anual de Foment, el presidente de la entidad, Josep Sánchez Llibre, pudo poner como ejemplo la capacidad de los sindicatos y patronales catalanas de sentarse en la misma mesa para reclamar «estabilidad política, económica y social» para Catalunya, y reclamó un espíritu similar al Gobierno español y la Generalitat.

El evento de anoche, y los contactos que seguirá manteniendo la ministra de Economía en funciones, Nadia Calviño, habrán sido la primera ronda de contactos directos entre los responsables de la política económica de un Gobierno del PSOE y Unidas Podemos y los sectores empresariales. Lejos de algunos discursos alarmistas, Sánchez Llibre se felicitó por el rápido anuncio de un Gobierno de coalición tras meses de incertidumbre. Desde la oferta de «diálogo y consenso», sí lanzó algunos toques de atención desde el punto de vista de la patronal: la necesidad de «mimar» a los generadores de riqueza, los riesgos de una mayor presión fiscal sobre la economía productiva en un momento de desaceleración, reconociendo la necesidad de aportar más recursos a las cuentas públicas buscándolas en los sectores fiscalmente opacos, y el llamamiento a no dar marcha atrás a algunas reformas, algo que se atisba más incompatible con las promesas de revertir los aspectos más duros de la reforma laboral.

Más contundente fue el toque de atención dirigido a los responsables del bloqueo político en Catalunya. Y aún más a quienes enarbolan el lema de «independencia o barbarie». Que los representantes del empresariado alcen la voz contra quienes declaran abiertamente que quieren perjudicar la economía es esperable. Que se vean obligados a reclamar a las autoridades «una respuesta rápida y eficiente» a estas acciones de boicot es lamentable.         

La convocatoria del empresariado podría haberse convertido en un primer espacio de encuentro. Algo que ayer pareció estar mucho más lejos si se atiende al pulso protocolario que acabó con la ausencia del ‘president’ Torra que escuchando las palabras, que deberían marcar el camino a a seguir, de quienes sí acudieron a la cita.