Dos miradas

Patrias y razones

Todas las luchas justas dejan de serlo en el preciso momento en el que las ideas -sean cuales sean- aplastan los derechos individuales

Manifestación independentista en Barcelona en rechazo a la sentencia del 1-O

Manifestación independentista en Barcelona en rechazo a la sentencia del 1-O / David Zorrakino

Emma Riverola

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“Solo los ricos pueden permitirse el lujo de no tener patria”, respondió Santiago Abascal al 'Fuck Vox' de Rosalía. “Nuestro límite no son nunca los derechos individuales ni la ley impuesta. Nuestro límite es la razón, porque la tenemos”, manifestó Núria Martí, portavoz de Arran en 'FAQS' (TV-3). Y, de repente, los extremos se miran a los ojos. El hondo clamor de la abstracción ensordeciendo la voz individual. La patria para el pobre, dice un discurso. La razón para el colectivo, dice otro. ¿Quién es ese colectivo y cuál es esa razón? La que unos pocos decidan, por supuesto. Patria, bandera, pueblo, gente… ¡son tantos los nombres que a lo largo de la historia se han utilizado para someter a las personas! Todas las luchas justas dejan de serlo en el preciso momento en el que las ideas -sean cuales sean- aplastan los derechos individuales. Todas las razones se pierden cuando la luz de un intangible ensombrece un solo rostro.

En un Estado democrático, lo único que queda cuando se ha perdido todo es la ley. La última protección del pobre. La lucha está en llevar la justicia a las leyes, no en despreciarlas.