análisis

David Villa, el 7 de España

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Mónica Marchante

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Con el adiós de David Villa se cierra una época de nuestras vidas. Han sido 19 gloriosos años en los que el de Tuilla ha regado sus goles enfundado en las camisetas del Sporting, Zaragoza, Valencia, FC Barcelona y  Atlético de Madrid en España. Y más tarde New York City, Melbourne City y Vissel Kobe, en Japón.

En un país como España, con una cultura claramente de clubes más que de selección, a David le recordaremos siempre vestido de rojo. Porque a pesar de sus goles, títulos y logros con los clubes donde ha jugado en todos estos años, Villa nos enamoró a todos con la selección española primero en aquella maravillosa Eurocopa de Austria y después en el Mundial de Sudáfrica.

Emociona escucharle hablar con Juanma Castaño en 'El Partidazo' de Cope y nombrar a Luis Aragonés como el técnico, por encima de todos los que ha conocido en su trayectoria, que más le marcó. Y no solo porque le hiciera debutar en la selección en 2005. Conviene recordar que la decidida apuesta del de Hortaleza por el menudo delantero implicó cargarse, después del Mundial de Alemania, al madridista Raúl, con medio país y casi toda la prensa en contra y apostar por el entonces delantero del Valencia.

Algo sabía de esto don Luis. Villa hizo historia con aquel equipo que tanto seguimos añorando. Se retira siendo el máximo goleador de la historia de la selección, con 59 goles en 98 partidos.

Villa lo ha ganado todo, con la selección y los clubes donde ha jugado. Champions con el Barcelona,  Copas del Rey con el Zaragoza y Valencia, Ligas con el Barça y el Atlético. Pero una carrera tan brillante también tuvo momentos duros como su ausencia por lesión en la final de Viena, su grave lesión en el Mundialito de clubes o su feo adiós con la selección frente a Australia, siendo sustituido por Del Bosque pese a marcar de espuela y ser el mejor. Era su último gol con España, su noveno en un Mundial, algo que no alcanzó ni Maradona.

Nunca olvidaremos al Guaje, sus goles, su talento y aquellos maravillosos años. Por encima de cualquier otro, el siete de España.