El laberinto catalán

Incoherencias, fantasías y enemigos

Aunque Torra niega tener vínculos con los detenidos, su situación es insostenible y no puede seguir al frente de la Generalitat

Quim Torra en el debate de política general del pasado mes de Septiembre

Quim Torra en el debate de política general del pasado mes de Septiembre / periodico

Joaquim Coll

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Hace un año, Pere Aragonès, líder de facto de ERC, exigía a Pedro Sánchez que para apoyar los Presupuestos Generales “orientase”  la acción de la fiscalía a fin de que los líderes del 'procés' salieran de la cárcel. Reclamaba la interferencia política sobre un órgano autónomo para obtener un cambio de criterio que pusiera a Oriol Junqueras en la calle. Como bien sabemos, eso no ocurrió porque para empezar el Gobierno no puede dictar órdenes a la fiscala general del Estado. Meses después, la enmienda a la totalidad que los republicanos presentaron a las cuentas del 2019 condujo a la convocatoria de elecciones generales. En las últimas horas, el mundo separatista se ha escandalizado porque Sánchez en una entrevista radiofónica se ha querido atribuir en primera persona las gestiones de la Fiscalía para traer a Carles Puigdemont de Bélgica. El presidente en funciones ha patinado, pero los independentistas han demostrado una vez más su incoherencia, criticando lo que siempre habían pedido.

En política es importante separar el grano de la paja y lo realmente sustancial es que, según las declaraciones ratificadas por dos de los detenidos en la Audiencia Nacional, se estaba gestando un grupo terrorista con materiales explosivos e incendiarios que contaba con la complicidad de Quim Torra. Los vídeos de los interrogatorios a Jordi Ros y Ferran Jolis, miembros arrepentidos de los CDR, son muy elocuentes de que existía un plan para asaltar el Parlament con el fin de que el 'president' de la Generalitat declarase la independencia y se generase a partir de ahí una situación insurreccional. El propósito suena fantasioso pero una parte del independentismo cree que lo que falló en el 2017 fue que no se quiso “controlar el territorio”. Recordemos también que cuando se practicaron esas detenciones muchos montaron en cólera acusando al Estado de urdir un montaje policial. El Parlament aprobó una declaración, con los votos de los comunes nuevamente bailando el agua a los separatistas, apoyando a los CDR, exigiendo su libertad y el “fin de la represión”. Aunque Torra niega tener vínculos con los detenidos, su situación es insostenible y no puede seguir al frente de la Generalitat.

Lo que hace imposible encontrar una solución es que no hay moderados en el independentismo. Los republicanos han radicalizado su discurso y situado al PSC y a la monarquía como sus mayores enemigos. Saben que tanto los socialistas como la figura de Felipe VI son los más sólidos engarces con el resto de España. Fíjense que las críticas de ERC son siempre feroces contra Miquel Iceta, aunque este utilice un guante muy blando con los independentistas. Junqueras le ha hecho nada menos que responsable de la sentencia y de sus 13 años de cárcel, mientras Gabriel Rufián daba por muerto al PSCGabriel Rufián este jueves. Pero si algo odian profundamente es la Casa Real. Ha sido patético ver a Roger Torrent, presidente del Parlament, vociferar contra el Rey como un 'hooligan'. Lo mejor de esta semana es la intervención de la princesa Leonor en una catalán maravilloso. La prueba de que la monarquía sí está haciendo los deberes.