Opinión | Editorial

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Las explicaciones insuficientes de Torra

El 'president' debe comparecer ante el Parlament y ser mucho más explícito sobre la violencia

Quim Torra en el debate de política general del pasado mes de Septiembre

Quim Torra en el debate de política general del pasado mes de Septiembre / periodico

Después de que todos los partidos de la oposición reclamasen este jueves a Quim Torra una respuesta a las informaciones contenidas en el sumario de la operación Judas, según las cuales los detenidos estaban convencidos que estaban colaborando con la presidencia de la Generalitat para tomar el Parlament y encerrarse en él con Torra al frente, el presidente de la Generalitat ofreció ayer una doble y escueta réplica. Negar cualquier implicación y verosimilitud alguna a los planes confesados por dos de los CDR y sembrar las dudas sobre las condiciones en las que estos declararon. La respuesta de Torra no cumple aún una de las exigencias de los partidos catalanes y el presidente del Gobierno español (las derechas españolas exigen su destitución inmediata), que dé explicaciones de forma extensa y ante el escrutinio parlamentario en la cámara catalana. No hay razón alguna para que el presidente de la Generalitat esquive esta comparecencia, necesaria ante la dimensión del caso.

Pero Torra no debe pronunciarse solo sobre las declaraciones que indican unas hipotéticas relaciones entre estos grupúsculos radicalizados y la presidencia del Govern. Hasta ahora, su respuesta a las detenciones ha sido, sucesivamente, y sin dar margen a conocer los detalles de la investigación, la de negar cualquier posible implicación de los encarcelados con la planificación de actos violentos, atribuir la operación a un montaje policial, conceder a los arrestados la condición de presos políticos y, cuando una vez levantado el secreto de sumario han trascendido declaraciones autoinculpatorias, insinuar que han podido ser conseguidas bajo presión. Es cierto que, y aún más en este estado inicial de la investigación, debe mantenerse la presunción de inocencia. Pero también que de la instrucción aparecen indicios que deberían llevar a Torra a ser mucho más prudente, y a condenar de forma mucho más convencida cualquier contaminación de estrategias violentas en el movimiento independentista, sean en grado de tentativa, planificación o especulación más o menos enfebrecida.