Análisis

Solo queda el PSC

Esta campaña se juega en las calles de Catalunya con un independentismo desatado y un constitucionalismo que en votos se reduce al PSC

zentauroepp50660195 viladecans 30 10 2019  pol tica   mitin de pedro s nchez en 191031134633

zentauroepp50660195 viladecans 30 10 2019 pol tica mitin de pedro s nchez en 191031134633 / periodico

Joaquim Coll

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

En términos electorales, el peso del constitucionalismo en Catalunya se está reduciendo al PSC. En las generales de abril obtuvo 12 diputados y 958.000 votos, lo que representa el 23,2%. Por su parte, Cs repitió los resultados del 2016, 5 diputados y el 11,5%. Pero lo más sorprendente es que la lista que encabezó Inés Arrimadas, ganadora de las últimas autonómicas, no subió nada a costa de la monumental caída del PP, que pasó de 6 diputados a solo 1 y del 13,3% al 4,8% de los votos. Para el 10-N todas las encuestas coinciden en que Cs va a sufrir un duro castigo, que en Catalunya puede perder más de la mitad de su representación, mientras el PP a lo sumo sacaría un diputado más. Así pues, no funcionan los vasos comunicantes entre PP y Cs. El resultado es que el centroderecha constitucionalista catalán ha pasado de tener 11 diputados en 2016 a solo 6 en el 2019, y todavía puede perder 2 o 3 más el próximo domingo. 

En cambio al PSC las encuestas le dan la posibilidad de disputar a ERC la primera plaza en función de la cantidad de votos republicanos que se vayan hacia la CUP y de la capacidad que tenga Pedro Sánchez de arrastrar a las urnas a sus indecisos. La polémica sobre el falso renuncio del federalismo es un error que demuestra la falta de sentido político de quien haya cocinado ese borrador de programa electoral en la sede del PSOE. Una forma absurda de servir en bandeja argumentos a todos sus rivales. Aunque una vez desatada la polémica es una oportunidad para explicar de nuevo el contenido de esa apuesta por la reforma federal del modelo autonómico. Más cooperación entre gobiernos, mejor delimitación de competencias pero también más exigencia de lealtad institucional. Sobre el federalismo, que no es de izquierdas ni de derechas, se podría construir la identidad territorial que todavía no tiene España. 

Por desgracia estamos muy lejos de ese consenso porque en Catalunya la prioridad es ahora la defensa de los derechos de todos frente a las protestas abusivas e intimidatorias del separatismo alentadas por el Govern. No sabemos hasta dónde quieren ir Quim Torra y Carles Puigdemont con la confrontación, pero el Gobierno socialista acierta al no dejar pasar ni una.

Después de la suspensión del plan exterior de la Generalitat por el Tribunal Constitucional, el último Consejo de Ministros aprobó más medidas, empezando por la defensa de los policías agredidos en los disturbios hasta la nueva petición para llevar al presidente del Parlament,  Roger Torrent, ante la Fiscalía por desobedecer el anterior requerimiento del TC. Pero lo más llamativo ha sido un decreto ley para poner coto a la república digital del ‘conseller’ Jordi Puigneró. Sánchez sabe que para evitar aplicar otro 155, que esta vez exigiría una intervención larga de la autonomía llena de incertidumbres, tiene que enseñar los dientes. Esta campaña se juega en las calles de Catalunya con un independentismo desatado y un constitucionalismo que en votos se reduce al PSC. Pero, ¿sabrán los socialistas de Miquel Iceta dirigirse claramente a aquellos cuyo voto quieren ganar por primera vez o recuperar tras haberlos perdido?