El mundo es como es

Nos llenamos la boca de un exceso de palabras que solo sirven para proclamar unas tonterías que, en el mejor de los casos, son inútiles y vacías, y que, en el peor, atizan el fuego aún más. Ya sabemos que "el mundo es como es", Elisenda Paluzie, pero hablar de los disturbios como un reclamo publicitario -"hacen visible el conflicto" - es una irresponsabilidad suprema.

El mundo es como es y siempre hay intelectuales y escritores para constatarlo. Están en su derecho. Marsé, Cercas y Marías, y unos cuantos más, tienen el derecho de pedir la dimisión de Torra. Claro. Pero se equivocan cuando exigen unas elecciones que nos lleven a un "Gobierno que de verdad represente a todos los catalanes". Esto -y ellos, que son intelectuales, deberían saberlo- es ontológicamente imposible. Las elecciones sirven precisamente para lo contrario, para escoger una opción elegida por algunos (la mayoría) en contra de otros (la minoría). Lo que debe hacer un gobierno es administrar, no representar, en función de los criterios y las promesas electorales. Los únicos gobiernos que representan a "todos" son los totalitarios. La política es debate y no imposición. Y esto vale para todos, eso sí.