Opinión | LIBERTAD CONDICIONAL

Lucía Etxebarria

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Ni putas ni santas, solo mujeres

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¿María Magdalena era prostituta? Les desafío a ustedes a que encuentren una sola afirmación en los evangelios en la que se diga que lo era. No la hay. Se dice que una mujer le secó los pies a Jesús con sus cabellos, pero nadie dice que fuera Magdalena. Además, entre los hebreos, eso no lo hacían ni las prostitutas ni las penitentes. Como mucho, las criadas de la casa. Tampoco es cierto que María fuera siempre virgen. En la Anunciación, cuando el ángel anuncia a María que va a ser madre, ella hace una pregunta técnica: «¿cómo podrá ser esto pues yo no conozco varón?» (Lucas 1,34) (María era casta y pura pero estaba perfectamente informada). Que siguiera virgen el resto de su vida, teniendo en cuenta que estaba casada, es más que dudable, sobre todo si tenemos en cuenta estos versículos del Nuevo Testamento: «Y le avisaron a Jesús: 'Tu madre y tus hermanos están afuera y quieren verte'». (Lucas, 8. 19-20).

La Iglesia católica nos presenta a dos Marías y se inventa que una es virgen y la otra prostituta

La cuestión es que la Iglesia católica nos presenta a dos Marías contrapuestas, se inventa que una es virgen y la otra prostituta, y a partir de entonces se inaugura la bonita tradición de dividir a las mujeres en dos: unas son castas y puras (la madre, la esposa y las hermanas), y las otras son unas putas (todas las demás). Siguiendo este esquema, cuando a una mujer se la quiere ensalzar, se la santifica, y se elimina de la historia toda referencia a su vida sexual o a su carácter animoso.

Aquí van unos ejemplos: Emily Dickinson. Leyenda: una persona muy solitaria, que se escondía en su habitación y pasaba días en total soledad. Vivió y murió sin haber conocido el sexo ni el amor. Realidad: liada con su cuñada. La primera editora de sus obras, Mabel Loomis Todd, borró las referencias al tema en sus poemas, y el nombre de Susan. Para liar más el culebrón, Mabel era la amante de Austin, hermano de Emily, marido de Susan. Emily también tuvo un breve 'affaire' con su amiga Kate Scott Turner.

Grace Kelly se casó en realidad por despecho con Rainiero y luego tuvo su propia vida sentimental

Maria Montessori. Leyenda: no se casó ni conoció varón porque vivió dedicada a su obra pedagógica. Realidad: fue madre soltera. Su presunto sobrino y asistente personal, Mario Montessori, era su hijo.

Rosalía de Castro. Leyenda: poeta sensible, dulce, frágil, que paseaba desolada por las veredas mientras componía melancólicos poemas. Realidad: se casó embarazada, tenía unas broncas de padre y muy señor mío con el marido y este quemó gran parte de su obra y de sus cartas, precisamente para preservar esa imagen de santiña.

Grace Kelly. Leyenda: se casó por amor con un príncipe, fueron felices y comieron perdices. Realidad: huyó de Hollywood tras un escándalo sonado, después de que se conociera su relación con Ray Milland, casado. Se casó con Rainiero por despecho. Después, mantuvo un largo idilio adúltero con David Niven.

Marga Gil Roesset. Leyenda: se enamoró platónicamente de Juan Ramón Jiménez y, como era tan profundamente religiosa, se pegó un tiro. Realidad: alguien profundamente religiosa no se suicida, es pecado. Sus diarios revelan que la relación no era tan platónica como se decía.

Virginia Woolf. Leyenda: nunca consumó su matrimonio, no conoció el sexo. Realidad: conoció el sexo –de calidad– con Vita Sackville-West.

Flaco favor se hace a una figura histórica –o a cualquier mujer–  edulcorando su imagen. Pareciera que para pasar a la historia tenemos que ser castas y puras, porque tener vida sexual es malo de por sí. Pero cada mujer, artista o no, puede hacer con su coño lo que quiera. Con orgullosa honradez y la cabeza bien alta.