El conflicto catalán

La transversalidad no existe, los invisibles sí

No queréis entender que son muchos los que no se sienten en ninguna guerra ni se pelearán jamás por ninguna bandera

Manifestación independentista en Barcelona en rechazo a la sentencia del 1-O

Manifestación independentista en Barcelona en rechazo a la sentencia del 1-O / David Zorrakino

Olga Ruiz

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Son invisibles, poco interesantes y prescindibles. No quieren verlos, no tienen ninguna intención de atraerlos y el interés por integrarlos es nulo.  Les habláis de manifestaciones transversales, pero no estáis dispuestos a que ni siquiera una de vuestras protestas pueda ser secundada por personas que no son independentistas. Queréis que vayan -eso sí- pero solo porque suman y es demasiado tentador que el contador de manifestantes crezca, los 350.000 de este sábado distan bastante de los dos millones de la época dorada del procesismo. Les creéis tan poco espabilados que disfrazáis la transversalidad con un lema ambiguo, 'Llibertat', con el que se supone que ya se tienen que dar por bienvenidos. Hasta con el lema jugáis a la confusión, jugáis a engañarles ¿Libertad para los políticos y líderes sociales que están en prisión? ¿Libertad para el oprimido pueblo de Catalunya? El independentismo y sus malabares léxicos, el independentismo y su falta de claridad: el independentismo.

Sigo la manifestación por televisión, me llama la atención el esfuerzo titánico de mis colegas periodistas para que parezca lo que no es: transversal. Insisten en la variedad de pancartas pero soy incapaz de ver una sola que no hable de represión -“No es justicia es venganza”- o independencia -“La independencia es la respuesta a la sentencia”-, triunfan las que atacan con más o menos originalidad a Policia Nacional, Mossos y por supuesto al gran enemigo: España. Las 'senyeres' catalanas son tan escasas que estamos a una manifestación de convertir la estelada en el nuevo símbolo nacional, aunque sea excluyente. Mientras os incluya a vosotros, todo está bien.

La manifestación de este sábado es la enésima demostración de la falta empatía del independentismo social y político con los nos independentistas, lo expresó hace unos días Carme Forcadell pero no la habéis escuchado, como no les escucháis a ellos.

No queréis entender que son muchos los no se sienten de aquí ni de allá, los que no creen en las verdades absolutas, los que dudan de casi todo, los que tienen más preguntas que respuestas, los que no se sienten en ninguna guerra ni se pelearán jamás por ninguna bandera. Les llamáis equidistantes pero son los únicos libres: la libertad es poder decirle a los tuyos que lo hacen mal y a los que no son tuyos que hay cosas que están haciendo bien. Algo tan sencillo y sin embargo tan inalcanzable para vosotros.

Siento que os hayáis manifestado sin ellos, salís perdiendo, una vez más. Habéis vuelto a desperdiciar una oportunidad para madurar y quizá empezar a compartir algún objetivo. Sabéis que habéis tocado techo, que no sois más de los que sois y que necesitáis más de los que sois. Y ahí seguís sin tenerlos en cuenta.

Este domingo, en esta sociedad de bandos que tan bien os está quedando se manifiestan los defensores de la unidad de España (anacronismo puro). Muchos tampoco irán, es la primera vez que un artículo es reversible. Cambian los protagonistas pero los invisibles siempre somos los mismos.