EN CLAVE EUROPEA

La UE da otra baza a Rusia en los Balcanes

Jean-Claude Juncker y Donald Tusk, durante la última cumbre europea en Bruselas.

Jean-Claude Juncker y Donald Tusk, durante la última cumbre europea en Bruselas. / periodico

Eliseo Oliveras

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La decisión de la Unión Europea (UE) de incumplir su promesa formal de abrir este año las negociaciones de adhesión con Macedonia del Norte y Albania, o al menos con el primer país, socava gravemente la credibilidad europea. El veto de Francia, Holanda y Dinamarca en la cumbre del pasado 17 y 18 de octubre a abrir esas negociaciones puede desencadenar una onda de desestabilización en los Balcanes, donde múltiples tensiones étnicas y políticas se mantienen contenidas gracias a la promesa de integración europea. El aplazamiento sine die del inicio de esas negociaciones, en contra de lo prometido en el Consejo Europeo del 29 de junio del 2018, supone regalar a Rusia, pero también ChinaTurquía y los países del Golfo, una nueva oportunidad para incrementar su influencia en la región en detrimento de la UE.

El presidente de Serbia, Aleksandar Vucic, principal aliado de Moscú en los Balcanes, ha subrayado esta semana en el Financial Times que el veto de la cumbre muestra que la región no puede depender solo de la UE y ha defendido los vínculos con otras potencias, como Rusia y China. Serbia acaba de firmar un acuerdo de libre comercio con la unión aduanera impulsada por Rusia (Unión Económica Euroasiática). Asimismo, Serbia pactó el 10 de octubre con Albania y Macedonia poner en marcha una zona de libre circulación de personas, mercancías, capital y servicios, a la que esperan incorporar a Montenegro, Bosnia y Kosovo.

El veto de la cumbre de la UE también "desincentivará gravemente la realización de reformas adicionales" en Macedonia del Norte, Albania y el resto de los Balcanes, ha advertido la responsable de la diplomacia europea, Federica Mogherini. Bosnia se encuentra bloqueada y sin gobierno un año después de las elecciones, debido principalmete a la actitud del presidente de la república serbiobosnia de Srpska, Milorad Dodik, con estrechos vínculos con Moscú. El frenazo a la perspectiva europea también puede arruinar las posibilidades de renovación política y reformas en Kosovo, tras la victoria de la oposición y la derrota de la vieja guardia de la antigua guerrilla de UÇK en las elecciones del 6 de octubre.

Pérdida de credibilidad

A nivel interno de la UE, el veto refleja la enorme pérdida de credibilidad de los informes y recomendaciones de la Comisión Europea, cuyo contenido es depurado para que coincida con las posiciones políticas de la institución. Esto resulta especialmente evidente en el informe sobre Albania, en el que minimizan u ocultan los graves problemas que están en las páginas de la prensa europea, desde el disfuncionamiento político del país a los vínculos de Partido Socialista gobernante con el crimen organizado.

Holanda y Dinamarca estaban dispuestas a dar luz verde para Macedonia del Norte, pero el presidente francés impuso un veto conjunto a los dos países. Desde la Comisión Europea se asegura que el inicio de las negociaciones de adhesión es la mejor forma para forzar a los candidatos a realizar las reformas, aunque el caso de Bulgaria y Rumania, que ingresaron en el 2007 y siguen arrastrando graves problemas, evidencia que la Comisión Europea puede mostrarse extremadamente laxa.  

La promesa de integración a Macedonia del Norte consolidó el Acuerdo de Ohrid del 2001, que puso fin a una incipiente guerra civil étnica gracias a la mediación de la UE. Macedonia del Norte obtuvo en el 2005 el estatuto de país candidato a la adhesión por sus progresos, pero el proceso fue bloqueado poco después por el veto del Gobierno conservador griego a causa de la disputa sobre el nombre. El freno al proceso de integración, que también se extendió a la OTAN por el veto griego, condujo a un giro prorruso del partido conservador-nacionalista WMRO-DPMNE y a la perpetuación de un gobierno autoritario y corrupto encabezado por Nikola Gruevski.

Incorporación a la OTAN

La victoria electoral de los socialdemócratas macedonios (SDSM) en el 2016 y la frágil coalición gubernamental del primer ministro, Zoran Zaev, constituida en mayo del 2017, posibilitó redemocratizar el país, emprender amplias reformas, resolver con Grecia la disputa del nombre en el país, poner fin a los contenciosos con Bulgaria y reactivar el proceso de integración a la UE y a la OTAN.

Aunque la incorporación de Macedonia del Norte a la OTAN está encarrillado, Zaev ha señalado que el frenazo de la UE dará alas a "las fuerzas regresivas" y reforzará el interés de otras potencias en la región. Tras la bofetada política europea, Zaev ha anunciado elecciones anticipadas en abril para reforzar su frágil coalición reformista, pero esos comicios serán una nueva oportunidad para Moscú para mover sus peones y para Turquía para ampliar su influencia apoyándose en las minorías turcas y albanesas y el partido Besa.