Protestas en la calle

Las revoluciones heredadas

Varios policías vigilan a un grupo de jóvenes sentados en la calzada para protestar contra la sentencia, este sábado en el centro de Barcelona

Varios policías vigilan a un grupo de jóvenes sentados en la calzada para protestar contra la sentencia, este sábado en el centro de Barcelona / periodico

Olga Ruiz

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Debe de ser frustrante no haber luchado a tiempo. Os han quedado tantas revoluciones pendientes que intentáis que vuestros hijos las hagan por vosotros, pero equivocáis el tiempo y las formas. Os enorgullecéis de que vuestros chicos y chicas -que no alcanzan la veintena- dediquen sus noches a quemar 'containers', hacer barricadas y destrozar el mobiliario urbano, os ayuda a reconciliaros con vuestra pasividad reivindicativa, con vuestra elección de vida acomodada, ajena a las injusticias sociales.

No es nada nuevo, canalizamos nuestras frustraciones a través de nuestros hijos, queremos que sean los futbolistas que  nunca fuimos, los artistas que nunca tuvieron su oportunidad. Vosotros queréis que luchen con carácter retroactivo mientras obviáis explicarles que aplaudisteis durante 23 años a un presidente de la Generalitat corrupto, son muchos años y no recuerdo ni una sola protesta masiva en las calles. Supongo que estaríais muy ocupados hipotecandoos para tener piso y coche primero y otro piso y otro coche después. Vuestra lucha era otra y pago a pago, verano a verano, se os ha pasado la edad y con ella algunas de las principales luchas sociales de este país.

La trola de los políticos

Hace unos años, cuando ya rondabais los 50, cuando los gintónics  saben mejor en casa que en cualquier local de moda os montaron una revolución a medida. Una revolución de sonrisas y manifestaciones festivas que iban a culminar con el nacimiento de un nuevo país más justo, más competitivo, más social. Os lo creísteis y recuperasteis las ganas de hacer algo grande, de cambiar el mundo, de crear uno propio. Hicisteis todo lo que os pidieron, fuisteis creativos, grupales y proactivos y os engañaron. Los políticos iban de farol pero no os lo dijeron y vosotros, ávidos de revolución, habéis restado importancia a la trola.

La diferencia es que ahora ya sabéis que es una revolución de cartón piedra. Vuestros hijos son diferentes, ellos no tienen gobierno ni mesías, ataduras ni hipotecas, por no tener no tienen futuro. Vosotros pagáis y ellos se montan la revolución por su cuenta, contraprograman la vuestra y arrasan con todo. Los tsunamis solo son inofensivos en mar abierto.