Al contrataque

El infiltrado eres tú

El cristo radical que has formado con tus cachorros 'quemacontainers' impide seguramente toda posibilidad de indulto para aquellos a los que supuestamente pretendes defender

El president de la Generalitat, Quim Torra, hace una declaración institucional tras conocerse la sentencia del Tribunal Supremo (TS) sobre el proceso independentista catalán del 1-O, en el Palau de la Generalitat.

El president de la Generalitat, Quim Torra, hace una declaración institucional tras conocerse la sentencia del Tribunal Supremo (TS) sobre el proceso independentista catalán del 1-O, en el Palau de la Generalitat. / periodico

Xavier Sardà

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En los últimos días, observo que ves a infiltrados por todas partes. Cuando algo no sale bien en la foto, infiltrados al canto. Infiltrados entre los que hacen arder la ciudad, infiltrados en la Policía y los Mossos d'Esquadra, infiltrados por todas partes. Como si el caos nada tuviese que ver contigo. Si nos ponemos conspiranoicos, alguien podría pensar que el infiltrado eres tú. Un infiltrado en la política, en el 'procés', y hasta en la basílica benedictina de Montserrat. Que lo que digo no es tan atrabiliario lo demuestra el artículo de la brillante Emma Riverola.

¿Y si en realidad eres un infiltrado del CNI para cargarte el 'procés'? Si fuese así, lo estarías haciendo de primera. Serías un agente sin disimulos y tan extraordinariamente torpe que nadie sospecharía de ti y no se podría conjeturar tu doble militancia encubierta. Nadie podría suponer que los servicios de inteligencia españoles fichasen a un infiltrado tan negligente. Serías el infiltrado perfecto para cargarte la convivencia, la economía, la paz social y tu propio equipo. Ni el John le Carré de 'Un traidor entre nosotros', vamos.

Es evidente que los infiltrados tenéis que disimular. Frases como estas no pueden ser dichas más que como un ejercicio de doblez propia de agente secreto: “Los españoles solo saben expoliar”, “Fuera bromas. Señores, si seguimos aquí algunos años más corremos el riesgo de acabar tan locos como los mismos españoles”, “Sobre todo, lo que sorprende es el tono, la mala educación, la pijería española, sensación de inmundicia. Horrible”.

El cristo radical que has formado con tus cachorros 'quemacontainers' impide seguramente toda posibilidad de indulto para aquellos a los que supuestamente pretendes defender. Tu policía, tus socios de Gobierno y los independentistas con dos dedos de frente están de ti hasta la coronilla. Para mayor disimulo e insensatez, dices que pondrás las urnas antes de acabar esta legislatura. Eres un infiltrado inmejorable.

Mira lo que dice el editorial de 'Le Monde': “El soberanismo catalán, en lugar de aprovechar la oportunidad, ha dado un paso atrás incendiando calles y olvidando su tradición pacífica.”  Eres más grande que Kim Philby y Garbo juntos. Se habla casi menos de los políticos presos que del orden público. Incluso los del Tsunami andan pensativos. Hasta hace 10 minutos tus socios de Gobierno te han reído las gracias, manteniendo hipócritamente la falsa imagen de unidad.

Varios países desaconsejan viajar a Barcelona, los cruceros pasan de largo y otras ciudades españolas se ofrecen para acoger los congresos que no puedan celebrarse aquí. Felicidades, eso sí, a los cientos de miles de catalanes de buena fe que se han manifestado. Impresionante.