Instituciones antisistema

No hace falta tirar tener mucha memoria para recordar otros casos de enfrentamientos entre manifestantes y antidisturbios en Barcelona: el cine Princesa, las manifestaciones antiglobalización y contra las cumbres europeas, huelgas generales, la acampada del 15-M o el Aturem el Parlament...

El cliché de la Rosa de Foc no es exagerado, desde hace años grupos de radicales muy violentos (siempre muy jóvenes, por lo que hay relevo generacional) aprovechan las grandes manifestaciones sobre causas muy diferentes para convertir Barcelona en escenario de una batalla campal. La última causa es la independentista. Para reprimir estas manifestaciones, los Mossos d’Esquadra han protagonizado escenas de violencia injustificables, como por ejemplo la evacuación de la plaza de Catalunya y el caso Esther Quintana.

El ritual tras las estampas de contenedores ardiendo y manifestantes y policías heridos suele ser el mismo. Los manifestantes culpan de la violencia a grupúsculos incontrolados y a infiltrados y provocadores policiales. Reafirman el carácter pacífico de su movimiento,  critican con dureza la acción de los antidisturbios e instan a no condenar solo la violencia de los radicales encapuchados, sino todas las violencias estructurales. Y, sobre todo, la policial. Del lado del orden, sobre todo del Gobierno de turno, se usa la violencia para desacreditar la causa. Son, decían, antisistemas.

Así era hasta estos días.  Hoy, son las instituciones catalanas a través de quienes las encabezan las que recurren al discurso que, no hace mucho, esas mismas instituciones descalificaban como antisistema. Y así llegamos a la paradoja de que sea noticia que un ‘conseller’ de Interior defienda a los Mossos d’Esquadra. ¿Se han convertido las instituciones catalanas en garantes de los derechos de los manifestantes por encima de la policía? No. Solo de sus manifestantes. El independentismo, un movimiento que se convirtió en mayoritario cuando atrajo a las clases medias, habla como solía la extrema izquierda anticapitalista a la que tanto combatió tanta ‘gent d’ordre’ hoy independentista.