Al contrataque

La espiral, ahora con llamas

Un movimiento que no se vuelca activamente contra esos compañeros de viaje violentos no puede aspirar a ser considerado pacifista

Manifestantes quemando contenedores.

Manifestantes quemando contenedores. / periodico

Antonio Franco

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A los 'indepes' les toca pensar. Les propongo que piensen que nadie se opone a su derecho a protestar por la sentencia, que piensen que es lícito apuntarse el éxito de lo que significan las cinco columnas populares masivas y pacíficas pero que deben apuntarse asimismo lo que ocurre en Barcelona y otras localidades después del atardecer. Sería razonable que si piensan en la confortable evidencia de que son muchos no ignoren que quienes no deseamos la secesión probablemente somos todavía más aunque no hagamos marchas. Y que tengan en cuenta que la mayoría coincidimos con ellos contra los abusos policiales y la prisión preventiva no justificada. Nos diferencia, en cambio, la valoración de lo que pasó hace dos años. Quieren sostener que no hubo nada donde nosotros vimos una vulneración de las leyes que habíamos aceptado todos, donde vimos que un Govern legítimo dejó de representarnos y luego nos engañó a todos –también a vosotros— con sus marrullerías. ¿Merece eso impunidad? Pensadlo, por favor.

Ahora el quid vuelve a ser la violencia, con el telón de fondo de los llamativos incendios callejeros y los choques belicosos contra policías que defienden instalaciones públicas. A los 'indepes' les acusan genéricamente de ser pacíficos de día y violentos de noche. Muchos no son así pero algunos sí, y son numerosos los que no se desmarcan convincentemente de los embrutecidos. O son consentidores. O incluso protegen de las porras a los violentos cuando estos agreden; los “comprenden”. El mundo 'indepe' pierde su mejor capital del 1-O. Las imágenes internacionales de Catalunya son la señora agredida por llevar una bandera española y el joven maltratado por apagar un fuego callejero con un extintor. En ambos casos fueron víctimas de gente con apariencia normal. La prueba del nueve sobre la proclamada no violencia la tendremos viendo si el independentismo defiende o no a los detenidos pillados in fraganti cuando agredían o incendiaban. ¿Les llamará también 'presos políticos'? Pensad, pensad por favor. Un movimiento que no se vuelca activamente contra esos compañeros de viaje violentos no puede aspirar a ser considerado pacifista.

Reconozco que la propuesta 'no indepe' es imperfecta y difícil: intentar ampliar el número de españoles que deseen cambiar la Constitución para que reconozca con todas sus consecuencias que somos plurinacionales y que Catalunya tenga un estatus más justo respecto a su identidad y su contribución al Estado. La otra, solo explicada de forma abstracta y liderada por gente como Puigdemont y Torra, muy malos gestores e increíbles defensores de su inocencia en relación a unos excesos que cuesta tanto que condenen, es mucho más imperfecta aunque las llamas vespertinas la hagan más esplendorosa.