Al contado

¿Para qué sirve la Cambra de Comerç?

Las corporaciones de derecho público han de defender los intereses empresariales más que servir de altavoz de ideologías

48889064 601

48889064 601 / periodico

Agustí Sala

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Recurro a la propia definición que consta en la web de la Cambra de Comerç de Barcelona.  "Es una corporación de derecho público que presta servicio a las empresas, contribuyendo a la regeneración del tejido económico y a la creación de ocupación, y consagrando su función de representación, promoción y defensa de los intereses generales del comercio, la industria, los servicios y la navegación". Y así son consideradas por la ley catalana del 2012, que el Govern quiere reformar.

El actual equipo que dirige la entidad, la mayoría independentista que se impuso en las elecciones de mayo pasado con la candidatura promovida por la Assemblea Nacional Catalana (ANC), provocó un terremoto en el mundo empresarial catalán. Con su irrupción, el equipo que preside Joan Canadell arrolló al denominado 'establishment', que, acostumbrado a tenerlo todo controlado, no pudo o no supo ver la que se avecinaba.

Canadell ha cumplido una de sus promesas: realizar consultas periódicas a los empresarios y autónomos. Y la primera cuestión ha tenido que ver, oh casualidad! con la independencia de Catalunya. A pesar de que la intención era que el periodo de respuestas mediante voto electrónico durara una semana, al final han optado por alargarlo, por aquello de que los empresarios y autónomos tienen que acostumbrarse o porque quizás no se enteraron de que se ponía en marcha este nuevo sistema que venden como tan democrático. 

Llámenme malpensado pero se diría que lo que persiguen es que el resultado sea el que anhelan. Como aquel árbitro al que se acusa de alargar el partido hasta que el equipo al que supuestamente apoya marca el gol de la victoria. Probablemente me equivoque, pero es que Canadell y compañía en ningún momento ocultaron sus intenciones ni su defensa de una Catalunya independiente. Y les votaron mayoritariamente, pocos (unos 20.000 de más de 400.000), pero muchos más que en anteriores ocasiones.

De hecho la candidatura se presentó considerando las cámaras de comercio como 'Eines de país', en una estrategia milimétrica del movimiento independentista que también dio réditos en el mundo laboral con el auge del sindicato secesionista Intersindical-CSC en el sector público catalán.

Pero la pregunta es: ¿Son las cámaras, por las que muchos autónomos y empresas no mostraban el más mínimo interés, el vehículo para propagar una ideología o han de limitarse a defender los intereses de las empresas y los autónomos? Partiendo de que nadie puede decir que carece de ideología, ni aquel que se define como apolítico, los próximos pasos de Canadell y los suyos, que controlan el comité ejecutivo, el principal órgano de gobierno cameral, determinarán si la política es en realidad la única razón que les mueve. El tiempo dirá.