Los espectadores

En el corto de promoción del <strong>festival Temporada Alta</strong>, hay un vagón de metro casi vacío, una chica sola, un hombre asustado que se va, un chulo que busca follón, y otro personaje, que somos todos nosotros. Los espectadores. Vemos la escena a través de la cámara subjetiva de este individuo, que no hace nada ante la situación dramática que vive. Primero, un deambular errático del chico; después, agresiones e insultos. El vagón es un desierto. El espectador, que también recibe las amenazas del chico que se acerca a la chica con violencia, no hace nada. No reacciona. El final del corto es sorprendente. Agresor y agredida abandonan su papel, acaban la función, saludan al espectador y le invitan a bajarse del vagón que, de hecho, vemos cómo se transforma en escenario. Una acomodadora indica la salida.

El teatro nos emociona, nos interpela y nos enfrenta a una realidad ante la que sólo observamos. ¿Cómo reaccionamos? ¿Cómo salimos de la sala después de haber sido salpicados por la sangre que penetra en las conciencias? Temporada Alta, el festival de otoño de Catalunya, empieza hoy y vuelve a plantearnos los mismos interrogantes de siempre. Desde hace siglos, la misma interpelación.