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Mi abogado de confianza

El estilo de Ferdinand Von Schirach consiste en explicar las cosas tal como fueron, sin florituras y con un extraño y subterráneo sentido del humor

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Ramón de España

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Mi abogado favorito no es Perry Mason, sino Ferdinand Von Schirach (Múnich, 1964), leguleyo alemán reciclado en escritor cuyos libros publica puntualmente entre nosotros Salamandra, aunque no tenga uno la impresión de que se vendan exactamente como rosquillas (supongo que, si tienes a Harry Potter en tu escudería, te puedes permitir ciertas alegrías). Me acabo de tragar el recién editado 'Castigo' en un par de noches -los libros de Von Schirach nunca pesan mucho- y lo he disfrutado lo mismo que sus dos primeros volúmenes de relatos basados en casos a los que se enfrentó en su época de abogado. Puede que las novelas no le salgan del todo redondas -'El caso Collini' y 'Tabú'-, pero su obra teatral 'Terror', estrenada en casi todos los países de occidente a excepción de España- es magnífica, y sus recopilaciones de relatos fúnebres -'Crímenes', 'Culpa' y 'Castigo'- son unas estimulantes inmersiones breves en la mente criminal, a medio camino entre Dostoievski y un atestado policial, pues la prosa de nuestro hombre es de una austeridad y una concreción muy notables.

El estilo de Von Schirach -que, en otras manos, parecería gris, anodino y casi burocrático- consiste en explicar las cosas tal como fueron, sin florituras y con un extraño y subterráneo sentido del humor. “Comprenderlo todo es perdonarlo todo”, dijo el clásico, y así es como se enfrenta el autor alemán a unos crímenes a medio camino entra la pasión, la rutina y el ridículo. Nadie encontrará moraleja alguna en los relatos de 'Castigo', unas 'tranches de vie' -como dirían los franceses- que Von Schirach expone con fatalismo y sin emitir juicios morales. La gente mata a sus semejantes por todo tipo de motivos, como el protagonista de uno de sus relatos, que asesina al vecino por profanar la muñeca de látex con la que vive desde que lo abandonó su esposa. No hay motivos más nobles que otros, más comprensibles o más disculpables: la mente humana es una olla a presión llena de sentimientos contradictorios que puede estallar en el momento menos pensado.

'Castigo' recoge algunos de esos momentos, como lo hicieron anteriormente 'Crímenes' y 'Culpa'. No sé qué tal sería Von Schirach como abogado, pero les puedo asegurar que como observador del alma humana es insuperable. Su mezcla de estupor, empatía, humor involuntario y un acercamiento casi notarial al mundo del crimen resulta admirable.

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