LA CLAVE

El Parlament pasmado

La Cámara catalana no legisla y el Govern no gobierna. El palmarés nacionalista se reduce a los recortes del bienestar (2011-2012) y un paquete de leyes sociales diseñadas para colisionar con las competencias estatales

Tribuna de invitados del Parlament

Tribuna de invitados del Parlament / periodico

LUIS MAURI

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No es un secreto, pero poca gente lo sabe. Unas golfas habitan en las estancias más altas del Parlament. Sí, la misma sombra de estupor, a medio camino entre la incredulidad y la ofensa, atravesó el rostro de la reina Sofía cuando se enteró.

Los Reyes visitaron el Parlament el 15 de mayo de 1985. Tras la recepción en el hemiciclo, Jordi Pujol acaparaba la atención de Juan Carlos en la sala de los pasos perdidos. El presidente de la Cámara, el democristiano Miquel Coll, departía entre tanto con Sofía. Los diputados formaban corrillos susurrantes a una distancia prudente. La socialista África Lorente se sintió impelida a acercarse y cruzar algún comentario cortés con la reina.

Sofía había visto la majestuosa escalera de honor, el salón de plenos y la sala de los pasos perdidos, las estancias más suntuosas del palacio. Lorente creyó oportuno hablarle del piso superior, recién rehabilitado:

-Majestad, arriba están las golfas.

Silencio. Un interrogante atónito en la mirada de la reina. Y un chispazo azorado que corre veloz del cerebro a las cuerdas vocales de la diputada:

-Ehhh… me refiero a la buhardilla, majestad. En catalán es ‘les golfes’.

-Vaya, es eso, ya decía yo –se distendió Sofía.

Pasmo o espanto

Casi 35 años después, lo que viene causando pasmo o espanto en el Parlament no es un equívoco jocoso sobre las golfas de la buhardilla, sino el quebrantamiento de los derechos de la oposición, las proclamas unilaterales e ilegales, la apoteosis de la agit-prop, la falsedad indesmayable, los actos de inicio de campaña electoral en el hemiciclo, los llamamientos de una institución a la <strong>desobediencia institucional</strong>… Y la escandalosa parálisis legislativa.

El palmarés legislativo y ejecutivo de la mayoría nacionalista en la última década se limita en la práctica a los recortes del bienestar (2011-2012) y un efímero paquete de leyes sociales diseñadas para colisionar con las competencias estatales.  Todo lo demás, congelado por el viento polar del 'procés': un Parlament que no legisla y un Govern que no gobierna.