Opinión | Editorial
El Periódico
Bajo la firma ‘El Periódico’ se podrán encontrar informaciones de actualidad realizadas de manera conjunta por varios miembros del equipo de última hora u otra sección, elaborada con distintas fuentes y en la que ninguna de las aportaciones sea prioritaria ni incluya una información suficientemente sustantiva como para justificar una firma concreta.
El Liceu, 20 años después
El reto del coliseo es unir tradición y puesta al día y hacer la ópera más accesible a todo tipo de públicos
La ópera es, en buena medida, una historia de continuidad y tradición. Pero también de renovación y modernidad. Y la historia del Liceu resume a la perfección este binomio. El teatro lírico que fue emblema de la burguesía, una iniciativa de la sociedad civil única en Europa, viró, a partir del incendio que devastó el edificio en 1994, hacia la titularidad pública, personificada en una colaboración, no sin aristas, de las distintas instituciones del país (Ministerio de Cultura, Generalitat, Ayuntamiento y Diputación de Barcelona) con ayuda del mecenazgo privado. No solo se reconstruyó entonces un emblema histórico de la cultura catalana sino que se pusieron las bases para transformar también una idea elitista y conservadora estéticamente en un nuevo proyecto más popular y más adecuado a los tiempos. Turandot era la ópera que se iba a representar poco después de ese aciago enero de 1994 y fue la que inauguró el nuevo coliseo, el 7 de octubre de 1999. También es la que, justo 20 años después, este lunes, encabeza la temporada del 20 aniversario de la reconstrucción, bajo el lema 'La força de l’òpera'. Una fuerza que pone el acento en la contemporaneidad de la primera puesta en escena, a cargo del videoartista Franc Aleu.
Tradición y puesta al día que se dan tanto en la programación de esta temporada (con homenajes a las obras más emblemáticas y montajes novedosos) como en la rehabilitación de la fachada histórica o en el intento de «democratizar» la ópera y hacerla más accesible a todo tipo de públicos, en especial a los jóvenes y menores, con iniciativas como el Under35 y El Petit Liceu. El reto mayúsculo es continuar en la línea que ya estableció la primera dirección artística: combinar creatividad y economía, la excelencia operística con el reto de unas inversiones exigentes y un presupuesto que debe crecer en tiempos difíciles. Como argumenta Valentí Oviedo, el director generalde la institución, «convertir el Liceu en un centro musical que conecte con los temas que preocupan a la sociedad».
- Una intensa granizada impacta en Barcelona y el litoral catalán
- El SMS que Hacienda está enviando a todos los que han hecho esto en su declaración de la renta
- Sumergir los pies en vinagre, la nueva tendencia que arrasa: estos son sus beneficios
- Catalunya rechaza el reparto de menores no acompañados llegados a Canarias que propone el Gobierno
- Encuesta elecciones Catalunya: El PSC se afianza en cabeza y Junts toma la delantera en su pulso con ERC
- Saltan las alarmas por el estado de salud de uno de los Mozos de Arousa
- Una familia recupera la titularidad de un piso de Girona tras varios intentos de desahucio
- Un luchador iraní es golpeado por el público y suspendido de por vida tras pegar una patada a una chica en el ring