Análisis

Punto de inflexión en el mercado de trabajo

Oficina de empleo en el barrio de Arganzuela de Madrid

Oficina de empleo en el barrio de Arganzuela de Madrid / periodico

Joan Antoni Alujas

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<strong>Los datos del paro registrado y las de afiliación a la Seguridad Social </strong>muestran el cambio de tendencia que se vislumbra ya en el mercado de trabajo. De crear puestos de trabajo y reducir el paro a un ritmo notable a un cada vez más evidente estancamiento, especialmente en la creación de empleo. En concreto, la reducción del paro ha pasado del 6% anual en septiembre de 2018 al 3,8% anual en septiembre de este año, con 122.798 parados menos, muy lejos de las cifras registradas entre 2014 y 2018.

En Catalunya el paro se ha reducido muy por debajo de la media española en términos interanuales. En el caso del empleo, el crecimiento ha sido prácticamente nulo (0,02%) muy inferior al registrado en los años 2017 y 2018 en un mes de septiembre. La variación anual es del 2,44%, con una tendencia a la baja, aunque hay 460.739 afiliados más que en septiembre de 2018. En Catalunya el empleo ha crecido en términos interanuales solo dos décimas por debajo de la media española .

La desaceleración del crecimiento económico mundial y especialmente de la zona euro está afectando a la economía española, que ve cómo se rebajan las previsiones de crecimiento, ya para este año en torno al 2% o algo menos y claramente por debajo las del 2020. En consecuencia, la evolución del mercado de trabajo en los próximos meses conllevará seguramente un frenazo en la creación de puestos de trabajo que hará muy difícil seguir aumentado el número de afiliados a la Seguridad Social como en los últimos ejercicios y por lo tanto, es poco probable que se pueda rebajar el paro por debajo de los 3 millones. Si las incertidumbres a nivel internacional (guerra comercial, 'brexit', etc.) se desvanecen se podrían revertir las malas expectativas y evitar así un crecimiento muy débil o incluso una recesión, lo que significaría que los datos actuales del PIB y por tanto del mercado de trabajo serían solo un susto y se volviera a recuperar la confianza en el futuro.

En este contexto las políticas económicas pueden ayudar a evitar que la desaceleración acabe en recesión. El Banco Central Europeo ha apostado por reforzar la política monetaria expansiva, con los tipos de interés al 0% e inyectando masivamente liquidez barata a los bancos condicionada a que estos la destinen a dar crédito a empresas y familias. Por otra parte, una política fiscal expansiva orientada a impulsar el consumo contribuiría a compensar la caída generalizada de las exportaciones. En este caso, la situación fiscal de los miembros de la zona euro no es la misma, y en consecuencia no todos tienen el mismo margen para poner en marcha una política fiscal expansiva, aumentando el gasto público o sobre todo bajando los impuestos. Los países con un menor déficit público o con superávit, especialmente Alemania, son los que pueden hacer una política más expansiva, haciendo de locomotora del resto, debido a la mejora de su consumo y por tanto, comprando más bienes y servicios a sus socios. España sería uno de los países más beneficiados debido a que el nivel de déficit público no permite ahora demasiadas alegrías.

*Profesor de Economía de la UB y colaborador de la UOC.

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