Sexismo y lenguaje

Las zorras también son astutas

En el momento que vivimos, donde el debate feminista lo invade todo, no podemos dejar al azar el uso del lenguaje, como instrumento principal para transmitir nuestras ideas

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Carmen Domingo

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Nadie discute la importancia que tienen las palabras. No es lo mismo ser una zorra, que ser un zorro, ser una loba, que ser un lobo, ni, por su puesto, que algo sea un coñazo a que sea cojonudo. Estos ejemplos, entre otros, empezaron a ponerse sobre la palestra en paralelo a las reivindicaciones feministas del pasado siglo y para nuestra desgracia siguen vigentes.

Eso ha propiciado que muchas veces desdoblemos el lenguaje – «alumnos y alumnas, niños y niñas…»–, tratando de mostrarnos más igualitarias. Sin embargo, esa es solo una de las tácticas para evitar el sexismo aunque no la más eficaz. Tampoco es muy acertado que tratemos al español de machista. Una lengua no es ni homófoba, ni machista, lo es el uso que se hace de ella, que determina el tono del discurso y el pensar del hablante. 

Por eso, en el momento que vivimos, donde el debate feminista lo invade todo, no podemos dejar al azar el uso del lenguaje, como instrumento principal para transmitir nuestras ideas, y sería más acertado decir que nuestra vecina es una zorra, señalando lo lista que es, o que ponemos los ovarios sobre la mesa en el momento de tomar decisiones arriesgadas. 

A saber si estas ideas cuajarían; no se sabe qué hace que algunas modas lingüísticas acaben consolidándose y otras no. Somos los hablantes –«las hablantes en este caso»– las que debemos apostar por los cambios y con el uso conseguirlos. Y digo nosotras porque distintos estudios lo avalan somos las mujeres, de clase media y mediana edad, las que lideramos los cambios lingüísticos. ¿Por qué? Pues porque somos más conscientes de la discriminación que sufrimos, seguimos siendo las que educamos a la prole y queremos romper esa doble segregación.

Y ahora, haciendo uso de ese buen saber que nos caracteriza, expliquémosle a Ricky Martin y su marido que no están embarazados, como ha declarado, que lo que les pasa es que han alquilado el vientre de una mujer pobre. La palabra 'embarazada' no puede utilizarse en masculino.

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