Dos miradas

Pim pam pum

"Pim pam pum, que no en quedi ni un", entonaban tres alegres yayas del 'procés' frente a la comisaría de Via Laietana. Queda la duda de si realmente sabían lo que cantaban

Manifestantes en Barcelona corean 'No son presos; son rehenes' ante la Jefatura de Policía

Imágenes de centenares de manfestantes en Barcelona que han protestado ante la Jefatura de Policía Nacional tras el encarcelamiento de siete CDR y que han gritado "No són presos; són ostatges". / periodico

Emma Riverola

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Ya tenemos un Parlament donde la mayoría independentista (aunque no todos) grita ‘Libertad’ para unos detenidos acusados de terrorismo. Unos medios públicos que racanean la declaración de dos de los detenidos en la que reconocen la compra y manipulación de sustancias explosivas. Un balcón de la Generalitat convertido en sucursal propagandística de todo independentista que pasa por allí. Un 'president' que nunca decepciona al escoger la actitud más incendiaria. ¿Y a dónde nos lleva esto?

“Pim pam pum, que no en quedi ni un”, entonaban tres alegres yayas del ‘procés’ frente a la comisaría de Via Laietana. Queda la duda de si realmente sabían lo que cantaban. Bendita duda. ¿Debían recordar sus tiempos de juventud cuando huían de los grises? Porque debieron de hacerlo, ¿verdad? Seguro que sus convicciones republicanas vienen de lejos. Y también su lucha por la justicia social.

Esa clarividencia ideológica que las lleva a indignarse ante la sola insinuación de que un independentista coquetee con la violencia. ¡Imposible! ¡Los catalanes somos gente de paz! Por supuesto. Pim, pam, pum. Y así se gesta el cobijo social de la sinrazón.