Opinión | EL ARTÍCULO Y LA ARTÍCULA

Juan Carlos Ortega

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Gracias, señor Beard

zentauroepp50066721 leonard beard para el domingo 29 09 2019190926174221

zentauroepp50066721 leonard beard para el domingo 29 09 2019190926174221 / periodico

Cada domingo publico en la edición de papel de este glorioso periódico un pequeño artículo. Hablo de lo que me apetece, porque este diario me lo permite con gran generosidad. Una vez escrito, el genial artista Leonard Beard lo lee y hace una magnífica ilustración en base al tema del que hablo. Siempre me he preguntado cómo funciona su cabeza para acertar todas las semanas, porque lo cierto es que el hombre no falla jamás. No conozco personalmente a Leonard. Nunca hemos hablado. Envío el texto a Teresa, la magnífica editora, y ella, con su  extraordinaria diligencia, se lo reenvía a él.

Por eso, esta semana se me ha ocurrido que podría hacer un experimento curioso. ¿Qué ilustración haría Leonard si el tema del que hablo es, precisamente, Leonard? ¿No les parece interesante? A mí, personalmente, me fascina la idea. Todos ustedes, mientras leen mis líneas, ya saben cómo es el dibujo que lo acompaña, pero yo, al escribirlo, no tengo ni la más remota idea, y eso provoca un ligero pinchazo en mi estómago que se parece mucho a la sensación de misterio.

Me imagino a Leonard diciendo: «Maldito seas, Ortega, y mil veces maldito, ¿qué narices hago yo esta semana para acompañar tu estúpido artículo?, ¿por qué me haces esto?, ¿qué te he hecho yo?, ¿no podrías, como haces siempre, hablar de tus cosas, de tus radios, tus galaxias y tus tonterías?». Si hablar de uno mismo es complicadísimo, es obvio que ilustrarse a sí mismo debe serlo todavía más. Perdóname, artista.

Me muero de 
curiosidad. ¿Qué 
dibujo habrá 
hecho? ¿Qué 
colores, qué líneas
habrá usado 
para describirse?

Siempre he querido agradecer a Leonard el trabajo que hace. Muchas veces he estado tentado de llamarle para decírselo, pero creo que hacerlo así, públicamente, ante todos ustedes, es infinitamente más justo. Así que, gracias, señor Beard. Usted consigue que mis textos, simplones muchas veces, parezcan mejor de lo que son.

El domingo (hoy para ustedes) me despertaré temprano y bajaré al kiosko de abajo de casa a comprar EL PERIÓDICO, como hago todos los días del año. Lo haré con más ilusión y curiosidad que nunca. No pienso mirarlo antes por internet. Esta vez no. Venceré esa tentación. Quiero ver, en papel, como toda la vida, el resultado del reto que le he lanzado al artista.

¿Qué has lecho, Leonard, hijo mío? Me muero de curiosidad. ¿Qué colores, qué líneas puras, limpias y rectas –como siempre son las tuyas– has usado esta vez con el fin de describirte? ¿Te ves así realmente? Sea como sea, estoy seguro de que acertarás, como todas las semanas haces. Fíjate en una cosa, compañero de página: a veces pienso que tú no me ilustras a mí, sino que yo te «'texteo'» a ti. De nuevo, gracias, señor Beard.