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Contra el engaño milagroso

Bajo la apariencia de un congreso científico se esconde un fraude moral y económico contra la salud

Los asistentes al congreso 'Salud censurada' hacen cola para entrar en el monasterio de Santa Maria de Les Franqueses, esta tarde en Balaguer.

Los asistentes al congreso 'Salud censurada' hacen cola para entrar en el monasterio de Santa Maria de Les Franqueses, esta tarde en Balaguer. / periodico

Un auténtico «festival de las seudociencias se lleva a cabo este fin de semana en Balaguer, en el entorno del monasterio de Santa Maria de les Franqueses. En el evento –'Salud censurada'– se dan cita todo tipo de promotores de terapias alternativas, cobijados por la organización Dolça Revolució de Josep Pàmies, el agricultor que se halla al frente de un conglomerado que batalla contra la medicina convencional e intenta vender al mundo soluciones mágicas para todo tipo de enfermedades. EL PERIÓDICO se ha caracterizado de manera reiterada por denunciar la filosofía que se esconde tras unas personas y organizaciones que no dudan en aprovecharse de la ingenuidad o la buena fe de sus «pacientes» a través de terapias que, en el mejor de los casos, son estrambóticas y, en el peor, nocivas para la salud, denunciadas por entidades privadas o por las asociaciones colegiales de médicos, y perseguidas por las autoridades sanitarias. Es por este motivo que la organización del congreso ha vetado el acceso al mismo a las periodistas de EL PERIÓDICO, que intentaban informar del auténtico contenido de las intervenciones que se alargarán hasta el domingo.

'Salud censurada' pone su foco en la defensa del uso medicinal del llamado MMS (Mineral Miracle Solution) o clorito de sodio, una sustancia química, prohibida por la Agencia Española de Medicamentos, similar a la lejía, que Pàmies y otros proponen como remedio al autismo. Pero no solo eso, porque la lista de barbaridades seudocientíficas es larga: desde los activistas antivacunas como la monja Teresa Forcades, hasta la defensa del origen emocional del cáncer.

Las autoridades sanitarias permiten la celebración del evento porque, entre otras cosas, el anunciado cerco a los gurús que se preveía en el plan aprobado por el Ministerio de Sanidad no ha llegado a buen puerto. Aun así, están a la expectativa de una promoción que bajo la apariencia de un congreso científico esconde un auténtico fraude moral y económico que debe combatirse en defensa de la salud.