Al contrataque
Esa tumba
Es importante que nuestros hijos sepan que la guerra civil la ganaron los malos pero que, a veces, ganan los buenos
Milena Busquets
Escritora
Milena Busquets
¡Qué gran noticia que saquen a Franco de su rimbombante y espantosa tumba y que lo entierren en un lugar más discreto! Hoy somos un país mejor del que éramos antes del martes. Eso no se puede decir cada día, ¿eh? Y menos en los tiempos tan bobos y repetitivos que corren. Es como si de pronto se pudiese respirar mejor, como si el aire fuese más nítido y crujiente, como cuando en una casa se abren puertas y ventanas para hacer la limpieza de primavera.
Claro que todos tuvimos a familiares en los dos bandos: dos de los diez hermanos de mi abuelo materno salieron a la calle a favor de los militares el primer día del alzamiento y nunca regresaron, otro, monseñor Joan Tusquets, fue amigo de Franco y estuvo involucrado en la organización del alzamiento militar en Burgos.
Mi padre estuvo en la cárcel militar de Montjuic durante más de un año por hacer de espía y ayudar a cruzar la frontera a Francia por las montaña a personas que querían escapar de España. Cuando logró salir de la cárcel (le dejaban libre cada dos meses pero en cuanto ponía un pie fuera de la cárcel, le volvían a detener) y recuperar su pasaporte, se tuvo que exiliar para que no le mataran.
Todos tenemos historias de estas, pero ninguna, de ningún bando, que justificara que Franco siguiese en su tumba de honor con sus flores frescas y su guarda. Tampoco el perdón me parecía una excusa, ni la concordia. ¿Qué concordia? La concordia fue necesaria durante unos años para poner orden en un país traumatizado, pero ahora lo correcto es que como en todos los países civilizados prevalezcan la justicia y la decencia.
Y esos que abogan ahora por dejar la tumba donde está y por una reconciliación que ya tuvo lugar (y que fue un éxito), suelen ser los mismos que se rasgan las vestiduras cuando alguien sugiere que si les caen muchos años a los señores del 'procés', tal vez sea necesario hacer algún gesto o pensar en algo.
He oído decir que se debe estar a favor de todas las víctimas de la guerra civil y la posguerra, como si no hubiese habido buenos y malos. Pero sí los hubo, hubo buenos y malos en esta guerra, como los hay en todas. Ambos bandos se comportaron como salvajes porque en eso consiste la guerra, en vencer por la fuerza bruta.
Me da igual que lo hayan hecho por motivos electoralistas (¿acaso queda algún político en España que haga algo que no sea con fines electoralistas o de promoción personal?), estoy a favor de todo lo que aporte belleza al mundo. España será un país más bonito sin la tumba de Franco en un puesto de honor.
Y es importante que nuestros hijos sepan que la guerra civil la ganaron los malos pero que, a veces, ganan los buenos.
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